Habían tratado los iniciados de la antigüedad de conocerse a sí mismos - Secreto Masonico

¡Habían tratado los iniciados de la antigüedad de conocerse a sí mismos, para conocer indirectamente la naturaleza misma de Dios, ya que no lo podían hacer de manera directa!

Es obvio, que el “Conocerse a sí Mismo” tiene afinidad con el tema Masónico, la única forma de Conocerse a sí Mismo es a través de la auto observación del Estudio de sí mismo y la atención puesta en nuestro desenvolvimiento. El interesarse en uno mismo después de Dios, es una característica de la Masonería , y se conoce a Dios a través de uno mismo o al menos percibirlo a través de nuestro canal inteligente. Aún más, al examinarlo más de cerca, este interés en uno mismo en todo sentido resulta ser uno de los principales motivos y una de las suposiciones fundamentales de la Masonería tal como ha llegado hasta nosotros. La insistencia de la terminología Masónica en la suerte y el destino del hombre, las esperanzas de la superación personal, las especulaciones sobre la naturaleza del alma individual, las promesas de exaltación hasta arribar a niveles superiores de consciencia, todas indican un interés en sí mismo, no de manera egoísta, sino de forma instintiva, y cerebral.

En Masonería , el individuo está poderosamente interesado en sí mismo, de buscar las formas de la auto superación , pero en sí mismo en toda forma digamos hasta altruista. Todo lo que hace -incluyendo no sólo sus actos, sino sus pensamientos y sentimientos- puede ser profundamente significativo; y, desde el punto de vista de la Masonería, se sostiene que es significativo, al menos en potencia. Se presupone que una de las condiciones reales de la vida Masónica es la consciencia de sí mismo y el interés de sí, en el más alto grado posible, entendamos que ahora el que más necesita ayuda para salir de la oscuridad es uno mismo , luego que nosotros salgamos de la Caverna de Platón, iremos en busca de sacar a los demás que están encadenados en esa oscura caverna a la que llamamos Mundo Secular o Profano.

Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que la percepción de sí o, digamos, la conciencia de sí, no es ni el único ni el principal propósito de la Masonería , tal como está formulada magistralmente en nuestras 3 principales liturgias masónicas; pero por lo menos es un requisito previo implícito en el propósito principal que parece ser comprender y servir al Creador, a Dios “El Gran Arquitecto del Universo” y servir a la Humanidad en su progreso. Todas las prescripciones Masónicas y exhortaciones al servicio de Dios y a la Humanidad implican ya el conocimiento de los medios para responder y la capacidad para controlarlos; y puesto que, en última instancia, todas nuestras respuestas no son sino formas de nuestro comportamiento actual, el conocer nuestro comportamiento es una condición necesaria para su control, suponiendo de momento que tal control resulte posible---.

Conocernos a nosotros mismos como realmente somos - es decir, en nuestro comportamiento real del momento - puede no ser, y no ser , el objetivo principal de la Masonería ; pero constituye sin duda alguna un paso muy necesario hacia la Masonería Real , y hasta parecería ser el primero. ¿Cómo se puede servir a Dios y a la Humanidad si se ignora el real comportamiento del actor que lo lleva a cabo? El servicio consciente implica no sólo el conocimiento del Ser que ha de ser servido, sino también el conocimiento de sí.

En síntesis, la conciencia de sí o el darnos cuenta de nuestra realidad, es un elemento indispensable en la Masonería estrictamente definida. ¿Cómo hicieron nuestros antepasados, fundadores Masones y practicantes del Arte Real, para alcanzar el conocimiento de sí? La respuesta a esta pregunta arrojaría el primer rayo de luz real sobre la naturaleza de la técnica masónica más refinada. Pero, desgraciadamente, la respuesta se hace esperar, o sólo se presenta en dichos tan ocultos que requieren una clave que no tenemos.

Se habla de antiguas escuelas donde enseñaban los "Misterios Iniciáticos ", de largos periodos de iniciación, de ejercicios espirituales difíciles de varias clases, de Maestros Exaltados al sublime grado de maestros y discípulos aprendices atentos a la clase . Y en los textos iniciáticos que aún perduran podemos distinguir palabras y frases con el aroma de una connotación exacta pero incomprensibles al no iniciado en Masonería. No podemos conjeturar cuántas palabras, que hoy se toman como Masónicas, tenían anteriormente en las antiguas escuelas de los Misterios un significado psicológico hoy perdido por efecto de los siglos, pero que los masones del presente 8 de enero de 2021 estamos dispuestos a recuperar ; pero a no ser que atribuyamos a nuestros antecesores en el Antiguo Egipto, de Göbekli Tepe o de Caldea un sentido iniciático y místico, es muy probable que tan sólo el tiempo sea responsable de sus actuales acepciones "iniciáticas ".

En suma, si el objetivo preliminar de las antiguas Escuelas Iniciáticas era primeramente la preparación de hombres y mujeres ordinarios para la vida extraordinaria de cooperación consciente con el Creador, los medios empleados para cumplir tal requisito previo del conocimiento de sí deben de haber sido cualquier cosa menos lo que hoy día llamamos los medios religiosos dogmáticos actuales . Por el contrario, deben de haber sido, primero y sobre todo, prácticos y, con toda probabilidad, el vocabulario de la técnica fue escogido de la ciencia y del entorno popular de la época.

Se ha sugerido que en las actuales teorías del "conductismo" (El conductismo es una corriente de la psicología que estudia la conducta o comportamiento observable de personas a través de procedimientos objetivos y experimentales); en algún punto la Religión antigua y la Ciencia moderna se reúnen. Sin embargo, añadamos que sólo se reúnen, pero no llegan a combinarse. Empero, con el léxico del "conductismo" es con el que mejor puede formularse la técnica de la auto observación para llegar al conocimiento de sí ; y sea el resultado de la técnica el redescubrimiento y la confirmación de las creencias antiguas, o su descarte como supersticiones, cabe decir en cualquier caso que el nuevo campo y método de investigación psicológica es prometedor. En efecto, ¿qué puede demandar con mayor claridad un riguroso auto examen que los instrumentos mismos de que dependen todas nuestras observaciones del resto del mundo? Al observar la conducta de otros, el "conductismo" está todavía a dos grados del objeto más cercano a él; y, por lo tanto, el resultado es infaliblemente una aproximación cada vez mayor a la física y, a fin, de cuentas, a la completa eliminación de la psicología. La auto -observación corrige automáticamente el error fatal de botar lo aún útil junto con la basura , por el hecho de que no sabemos separar lo útil de lo inútil. Al observar, por muy objetivamente que sea, mi propia conducta, no sufro la tentación de olvidar las sensaciones, emociones y pensamientos análogos. No puedo pasar por alto o subestimar el elemento psicológico, cuando éste se impone dentro del fenómeno mismo que estoy presenciando. Y la conservación de mi conciencia de este análogo de muchas formas de mi conducta, me da un grado de comprensión más elevado cuando no sólo me dedico a la observación de los otros, pero sin observarme objetivamente a mí mismo . Una vez comprendido esto, cabe tomar de inmediato la técnica del "conductismo" y aplicarla sin cambio alguno a nuestro campo. Podemos aceptar su clasificación de formas de comportamiento, conjuntamente, si es necesario, con sus medios para medir al Hombre. Ninguna de sus implicaciones, aun en la forma extrema de mecanismo orgánico, nos es totalmente ajena. Si la auto observación fuera el próximo paso en el "conductismo científico” - y lógicamente así parece serlo - su segundo paso puede muy bien llegar a ser el primero en la técnica Masónica. En ocasiones el conductismo se define como «una renuncia a las doctrinas del alma, la mente y la conciencia», para ocuparse solo del «estudio de los humanos en interacción entre sí y con sus ambientes». En términos más amplios, lo considera como equivalente al término dado que se ocupa de la naturaleza a partir del «principio del comportamiento». Así, la química estudia el comportamiento de los elementos y la sustancia, la física estudia el comportamiento de la materia y sus propiedades, la astronomía estudia el comportamiento de los astros y galaxias, y la psicología estudia las interacciones entre los organismos y su entorno, el conductismo se ocupa de la conducta humana . Sin embargo, es necesario hacer una advertencia. De primera intención, la observación atenta e imparcial del propio comportamiento podría parecer tan fácil como la observación del comportamiento de los demás. Sin embargo, la experiencia habitual del auto observador curioso dista mucho de ser así. De hecho, desde el comienzo mismo de la recolección de esos datos sobre el comportamiento actual propio, el camino está plagado de dificultades de una clase desconocida hasta entonces. Casi parecería que la naturaleza resiente el intento de observarla en uno mismo; tan poderosa y al mismo tiempo tan sutil es la resistencia que se suele experimentar. Es posible que fuera este mismo descubrimiento lo que condujo a la formulación de los dogmas de la Religión antigua. ¡Habían tratado los iniciados de la antigüedad de conocerse a sí mismos, para conocer indirectamente la naturaleza misma de Dios, ya que no lo podían hacer de manera directa!

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