Al concluir el proyecto de la Kundalini de Mallorca nos vimos envueltos en numerosos sincronismos que daban a entender que aún quedaba algo por hacer. Y era cierto. Todo trabajo de luz necesitamos unirlo a un mínimo de dos puntos más, a fin de asegurar el fortalecimiento y la perpetuidad de los efectos beneficiosos del mismo. Tres puntos son lo mínimo que necesitamos para cerrar un espacio. Se trata de una máxima universal denominada la ‘Trinidad’ que rige el orden de todas las cosas y que simboliza la perfección, el ‘ser supremo’. Por ejemplo Padre-Madre-Hijo, pasado-presente-futuro, principio-medio-fin, etc. etc. Nuestro proyecto de Mallorca debía pues unirse a dos puntos más. ¿Pero qué lugares íbamos a escoger?
Los sincronismos hablan pos sí solos y esta vez lo hicieron a viva voz. Una noche tuve la fortuna de ver un documental en dónde hablaron, entre otras muchas cosas, de la isla de la Dragonera. No pude evitar ver un sincronismo en ello, una especie de ‘campanilla’ mágica que quería llamar mi atención, más teniendo en cuenta que acabábamos de concluir nuestro trabajo de la Kundalini de Mallorca, el cual se inició precisamente frente a la isla de la Dragonera, por donde nos entra la enorme corriente energética que recorre la espina dorsal de la Sierra de Tramontana Mallorquina. Pero aún hubo más… más información, más pistas interesantes que no paraban de resonar en mi corazón, provocando el cosquilleo en el estómago que sabiamente me indicaba que aquello tenía especial relevancia para mí. Y así fue.
Resulta que por la isla de la Dragonera pasa el antiguo meridiano de París. Mucha gente cree que se trata de una simple línea imaginaria. Pero no es del todo cierto. El meridiano de París es una línea de fuerza telúrica que ya antiguamente había sido utilizada por diferentes tribus celtas para la ubicación de sus centros de culto, sus ciudades, sus rituales y sus lugares sagrados. Lo interesante de todo esto es la relación que encontramos entre la Dragonera y el meridiano de París, y eso se lo debemos a la figura de François Arago.
François Arago (1786-1853), matemático, físico y astrónomo francés que dedicó años a la medición del meridiano de París en territorio español. Fue concretamente mientras lo hacía desde Mallorca cuando estalló la guerra entre Francia y España, lo cual le obligó a interrumpir bruscamente sus mediciones. Pero sus cálculos habían llegado hasta la Dragonera. El mundo en esas fechas estaba buscando y asignando la medida universal (el metro) y habían decidido que tendría que ser la diezmillonésima parte de un cuadrante de meridiano terrestre. O sea, el metro, nuestra medida universal, está directamente relacionada con nuestro planeta, de ahí que pueda ser considerada una medida de proporciones ‘sagradas’. Un personaje humanista interesante, una medida de proporciones sagradas, un meridiano que pasa por la isla de Dragonera, un trabajo muy relevante que se interrumpe en Mallorca… – caramba, parece que aquí tenemos algo a lo que debemos prestar especial atención – pensé yo.
Esto nos llevó a calificar el trabajo que F. Aragó realizó desde y hasta Mallorca como algo muy relevante que nos invitaba a seguir… y así seguimos el trazado del meridiano… a ver a dónde nos conducía.
El Meridiano de Paris pasa por infinitas localidades, tantas como uno quiera encontrar. Pero hay una determinada zona de la geografía del sur de Francia que nos llamó profundamente la atención. El Languedoc-Rosellon, una zona llena de belleza y misterio, tierra de Templarios y de Cátaros (con los que ya habíamos trabajado una vez), naturaleza exuberante y misticismo. Además hay que decir que Mallorca estuvo históricamente muy vinculada a dicha zona. Ya teníamos un firme candidato a explorar.
Nuestros ojos se posaron en la zona comprendida entre las poblaciones de Rennes-le-Chteau y Rennes-le-Bains por ser ésta la zona de paso del Meridiano de París. Simplemente habíamos seguido el rastro de los sincronismos para aterrizar en tierra que rezuma misticismo por todas partes, con un vínculo muy fuerte con los cátaros y los templarios y sobre todo por su veneración a Maria Magdalena. La zona ha sido desde tiempos antiquísimos zona de culto y rituales por las tribus celtas que lo habitaban. Se trata de un santuario a la madre Tierra… a Ishtar, Isis, Venus, Afrodita, María Magdalena… ha tenido muchos nombres y una sóla gran verdad: Es la energía femenina en su más pura esencia.
El lugar nos llamaba tanto la atención que decidimos llevar a cabo los trabajos en persona. Esta decisión implicaba prepararse con mucha antelación y conocer de cerca los detalles de lo que nos podíamos encontrar, especialmente en la localidad de Rennes-le-Chteau, del cual habíamos leído historias oscuras y nada agradables. Había que ser prudentes, discretos y muy eficaces a la hora de ejecutar los trabajos. Ya sabemos que las energías telúricas de la Tierra se pueden aprovechar tanto para hacer el bien como para hacer el mal. Los templos y santuarios pueden ser usados para fines totalmente opuestos. Este era el caso de la pequeña localidad de Rennes-le-Chteau en donde iba a ser necesario rescatar el poder de la energía femenina que antaño había sido manipulada y doblegada.
Nuestro trabajo se enfocó nuevamente en forma de Trinidad, buscando, saneando y uniendo tres puntos en la zona del Languedoc, para posteriormente unirlos al chakra corona de Mallorca. Esos tres puntos fueron Nebias, Rennes-le-Chateau y Rennes-le-Bains.
Al regresar de Francia quedamos en vernos con una amiga en Barcelona. Estábamos hablando con ella del trabajo que acabábamos de hacer en el Languedoc. En un momento dado ella nos mencionó una localidad en Inglaterra por la que ella siempre ha sentido especial atracción. Glastonbury. Aún no lo sabíamos… pero nos estaba esperando.
Fuente: www.luisoterodelarosa.com