La iglesia de la Madeleine original fue uno de los primeros templos católicos de París, cuando el territorio francés aún era conocido como el reino de los francos.
El tiempo dañó la estructura de la iglesia, por lo que tuvo que ser demolida, y para reemplazarla, otra iglesia empezó a ser rápidamente planificada. Sin embargo, la nueva Madeleine tendría un inicio difícil, y es que una larga serie de acontecimientos impidió que esta fuese terminada durante su plazo establecido.
Los primeros pasos en la construcción de la Madeleine se dieron en el año 1764, cuando se le entregó el proyecto al arquitecto francés, Pierre Contant d’Ivry. Sin embargo, Contant d’Ivry moriría en 1777, dejando el edificio sin terminar.
Luego vino la Revolución Francesa, que detuvo por completo el proceso de construcción, el cual no iniciaría de nuevo hasta el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte.
Bonaparte ordenó derrumbar todo lo que se había hecho de la Iglesia Madeleine, y en su lugar mandó a construir una diferente, siguiendo un estilo neoclásico, pensado para honrar a todos los franceses que habían sido parte de la Armada nacional.