El ciclo sotiaco es el periodo de 1461 años de 365 días exactos (del calendario egipcio, en el juliano son 1460 años de 365,25 días) que tarda la salida heliaca de Sirio en coincidir de nuevo con el comienzo del año nuevo, el primer día del mes Thoth, descoordinación que viene acarreada porque el año egipcio no ...
1776-1461=315 (DIA DE MARIA MAGDALENA COPTO O POSTERIOR AL 11 DE SEPTIEMBRE O 911)
Condensador de flujo (conocido en España como condensador de fluzo por un error de la traducción original) es un término traducido del inglésflux capacitor, referido al componente principal de la máquina del tiempo creada por el doctor Emmett Brown (interpretado por Christopher Lloyd) en la película Back to the Future, y que aparece tanto en sus dos secuelas como en la serie animada. En palabras de su inventor: "es lo que hace que los viajes en el tiempo sean posibles".
Debido a su popularidad, el condensador de flujo ha sido adoptado por varios autores de ciencia ficción que no desean explicar los detalles técnicos de los viajes en el tiempo que proponen, de una forma similar a como es utilizado el cerebro positrónico ideado por Isaac Asimov para sus robots.
La película no aclara cómo funciona exactamente el condensador de flujo. Consiste aparentemente en una caja con tres pequeñas lámparas incandescentes centelleantes, colocadas en forma de "Y", y situada detrás entre los asientos de la máquina del tiempo, un automóvilDe Lorean DMC-12. Cuando el automóvil se aproxima a una velocidad de 88 millas por hora (140 km/h), la luz que emiten las lámparas del condensador de flujo destellan con más rapidez, hasta emitir una luz constante. La carrocería de acero inoxidable del De Lorean produce la "dispersión del flujo" cuando el condensador se activa, aunque el inventor es interrumpido antes de que pueda finalizar la explicación acerca de su funcionamiento. Es posible apreciar cómo desde la parte superior del vehículo sale un haz de energía que abre una discontinuidad frente al De Lorean, el cual acaba por internarse finalmente en la misma en un estallido de luz y humo, dejando un par de estelas ígneas como prueba del suceso.
Al final de la tercera película de la trilogía, cuando Doc Brown convierte una locomotora de vapor en una máquina del tiempo, el condensador de flujo se encuentra situado en la posición habitual de la caldera.
Tal como cuenta a Marty McFly, Doc Brown tuvo la idea del condensador de flujo el 5 de noviembre de 1955, tras golpearse en la cabeza con el lavabo al resbalar cuando trataba de colgar un reloj de pared en el baño subido en el retrete. La idea acudió a él como una visión cuando despertó del estado de inconsciencia.
Para permitir el viaje a través del tiempo del De Lorean, el dispositivo demanda una cantidad de potencia de 1,21 GW de electricidad, suministrada por un reactor nuclear alimentado con pequeñas barras de plutonio. Asimismo, el viaje en el tiempo exige que la máquina esté desplazándose a una velocidad de 88 millas por hora (140 km/h), velocidad que alcanza el vehículo con su locomoción propia, en este caso por medio de un motor de combustión interna. Los dos primeros viajes se realizaron el 26 de octubre de 1985, el primero de un minuto adelante en el tiempo (desde las 01:20 a las 01:21), tripulado por Einstein, el perro del inventor; y el segundo desde ese día hasta el 5 de noviembre de 1955. Ambos viajes transcurrieron sin ninguna complicación con esta combinación de factores.
Sin embargo, un imprevisto impidió llevar el plutonio en el segundo viaje, y al ser la disponibilidad de plutonio en 1955 prácticamente nula, hubo de utilizarse un rayo que cayó sobre la torre del juzgado de Hill Valley para suministrar la energía necesaria para el regreso. El conocimiento del momento preciso de la caída del rayo (a las 22:04 del 12 de noviembre de 1955) se obtuvo gracias a un folleto de 1985 que informaba del suceso acaecido 30 años atrás. El rayo fue conectado por medio de un cable eléctrico industrial desde el reloj de la torre a otro cable ubicado entre dos farolas, que trasladaron la energía directamente al condensador de flujo mientras el vehículo tocaba el cable con un gancho cuando se desplazaba a 88 mph.
Tras regresar a 1985, el plutonio fue de nuevo utilizado para viajar hasta el año 2015. En esta estancia en el futuro, el reactor de fisión fue sustituido por un reactor de fusión de uso doméstico desarrollado en esta época por la empresa ficticia Mr. Fusion, que permitía el uso de basura como combustible. Tras varios viajes acaecidos durante la segunda película, el De Lorean fue enviado al pasado por un rayo cuando se hallaba de nuevo en el año 1955, esta vez por accidente. La energía liberada por el relámpago alcanzó al condensador de flujo, enviando la máquina del tiempo hasta 1885. Se desconoce cómo pudo ocurrir este inesperado viaje, ya que el vehículo flotaba en el aire en ese momento y no se desplazaba a la velocidad necesaria para el viaje. Es probable que la ocasional combinación entre la tormenta eléctrica en la que se vio inmerso, y los fallos en los circuitos de tiempo, detectados con anterioridad por Doc Brown (apreciándose durante unos instantes la fecha del 1 de enero de 1885 en el contador de a bordo), pudieran ser la causa de esta disfunción en el dispositivo.
La ausencia de gasolina en 1885 impidió que el vehículo dispusiese de su locomoción propia para alcanzar las 88 mph, por lo cual, tras un infructuoso intento por alcanzar esta velocidad con una recua de caballos, Doc Brown recurrió al empuje proporcionado por una locomotora de vapor sobre las vías del tren, alimentada con varios leños energéticos diseñados por el inventor para alcanzar la velocidad límite. Al regresar a 1985, el De Lorean quedó destruido al ser embestido por un tren moderno que circulaba por la vía en ese momento en sentido contrario, y el condensador de flujo original con él.
En el idioma original de la película se menciona que la potencia necesaria para que el dispositivo funcione es de 1.21 jigovatios (jigowatts). Robert Zemeckis y Bob Gale desconocían la grafía exacta de gigavatio (gigawatt en inglés), equivocándose al escribir el guion. Debido a esto, el jigovatio es considerado en muchos foros de Internet como una unidad ficticia, o utilizado para referirse humorísticamente a algún aspecto relacionado con la electricidad. El vocablo jigovatio es el que se utiliza en las novelizaciones de las dos últimas películas, mientras que la novela basada en la película original utiliza el término gigavatio.
El concepto de flujo se usa generalmente en electrónica y teoría electromagnética y sus aplicaciones, pero raramente en el contexto de un condensador. En términos generales, flujo simplemente significa la rapidez con la que alguna cantidad (como la carga eléctrica) pasa a través de una superficie.
En la serie de TelecincoSiete Vidas, Sergio rompe accidentalmente el ordenador portátil de Sole e intenta echarle la culpa a esta última diciéndole que, probablemente, había roto sin querer el "condensador de flujo". Evidentemente Sole no conocía la saga de Regreso al Futuro, o se habría percatado rápidamente del engaño.
En la canción "Year 3000" del grupo británico Busted en una parte de la canción dice "...with my neighbor called Peter, and a Flux Capacitor" lo que traduciendo al español dice "...con mi vecino llamado Peter, y un condensador de flujo" y después dice "He told me he built a time machine. Like one in a film I've seen" ("Me dijo que había construido una máquina del tiempo. Como la que vi en una película").
En un episodio dePadre de Familia Stewie dibuja el plano de una máquina del tiempo y ese dibujo es expuesto ante varios amigos de su padre. Cuando estos observan los planos se puede oír a uno diciendo "y aquí está el condensador de flujo".
En Dude, Where's My Car? los distintos alienígenas están buscando un condensador de flujo para poder hacer funcionar su nave espacial.
En la versión HD para PlayStation 3 y PlayStation Vita del videojuego God of War existe un trofeo llamado "1,21 gigavatios", en alusión a la potencia que necesita el condensador para funcionar.
Los Carmelitas descalzos obtuvieron un Breve apostólico de Paulo V para edificar conventos de su Orden en cualquier parte de la Cristiandad; fue este el primero que fundaron en la última parte del Monte Quirinal el año de 1606.
La iglesia se fundó en 1605 como una capilla dedicada a san Pablo para los carmelitas descalzos. La propia orden dotó de fondos a la obra del edificio hasta el descubrimiento en las excavaciones de la escultura conocida como el Hermafrodita Borghese. Scipione Borghese se apropió de ella, pero a cambio, y quizá para compensar su pérdida de influencia debido a la muerte de su tío y patrón, financió el resto de la obra de la fachada y prestó a la orden a su arquitecto, Giovanni Battista Soria. Estas concesiones, sin embargo, sólo se llevaron a efecto en 1624, aunque la obra se acabó dos años más tarde.
Después de la victoria católica en la batalla de la Montaña Blanca en 1620, que hizo retroceder la Reforma en Bohemia, la iglesia fue consagrada de nuevo a la Virgen María. Una imagen maltrecha había sido recuperada del ámbito de aquella batalla por Fray Domingo de Jesús María, de dicha Orden, de las ruinas de la casa de campo de un noble cristiano bohemio, a la cual se le atribuyó la victoria, llamándola Santa María de la Victoria. La imagen fue llevada a Roma por Fray Domingo, depositándose en Santa María la Mayor en presencia de Gregorio XV.
El nombre de Santa María de la Victoria, se dio ulteriormente, en conmemoración por haber reconquistado el emperador Fernando I la ciudad de Praga en 1671. Estandartes turcos capturados en el Sitio de Viena de 1683 cuelgan en la iglesia, como parte de este tema victorioso.
La iglesia es la única estructura diseñada y completada por el arquitecto del Barroco temprano, Carlo Maderno, aunque el interior padeció un fuego en 1833 y requirió una restauración. Su fachada, sin embargo, fue erigida por Soria en vida de Maderno (1624-1626), mostrando la inconfundible influencia de la cercana Santa Susanna de Maderno.
Su interior tiene una sola nave, amplia, bajo una bóveda segmentada baja, con tres capillas laterales interconectadas detrás de arcos separados por colosales pilastras corintias con capiteles dorados que apoyan un rico entablamento. Revestimientos de mármol que contrastan entre sí están enriquecidos con ángeles y putti de estuco blanco y dorado en bulto redondo. El interior fue enriquecido progresivamente después de la muerte de Maderno; su bóveda fue pintada al fresco en 1663 con temas triunfales dentro de compartimentos con marcos ficticios: La Virgen María triunfa sobre la Herejía y Caída de los ángeles rebeldes ejecutados por Giovanni Domenico Cerrini.
Sin duda, parte de la fama de este templo se debe a albergar una de las obras maestras del Barroco, la capilla Cornaro, espectacular y teatral espacio presidido por el grupo escultórico que representa el Éxtasis de Santa Teresa, de Gian Lorenzo Bernini, quizá la obra más conocida de este autor en el campo de la escultura. En la capilla situada frente a esta, dedicada a San José, se encuentra un grupo escultórico que representa el tema del Sueño de San José, obra del escultor Domenico Guidi, que se inspira en la obra de Bernini delante de la cual se halla.1
Hiroshima después de la bomba. (Foto: Dominio público)
Ante al 76 aniversario de los ataques atómicos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, la Iglesia recuerda un episodio documentado por historiadores y médicos que es conocido como el Milagro de Hiroshima.
El 6 de agosto de 1945, fiesta de la Transfiguración, cuatro sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron al impacto de la bomba nuclear “Little Boy” en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.
Los jesuitas Hugo Lassalle, superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik, se encontraban en la casa parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los pocos edificios que resistió a la bomba. En el momento de la explosión, uno de ellos se encontraba celebrando la Eucaristía, otro desayunaba y el resto en las dependencias de la parroquia.
Según escribió el propio P. Hubert Cieslik en su diario, únicamente sufrieron daños menores producto de cristales rotos, pero ninguno a consecuencia de la energía atómica liberada por la bomba.
Los médicos que los atendieron tiempo después les advirtieron que la radiación recibida les produciría lesiones graves, así como enfermedades e incluso una muerte prematura.
El pronóstico nunca se cumplió. No desarrollaron ningún trastorno y en 1976, 31 años después del lanzamiento de la bomba, el P. Schiffer acudió al Congreso Eucarístico de Filadelfia (Estados Unidos) y relató su historia, donde confirmó que los cuatro jesuitas estaban aún vivos y sin ninguna dolencia.
Fueron examinados por decenas de doctores unas 200 veces a lo largo de los años posteriores y no se halló en sus cuerpos rastro alguno de la radiación.
Los cuatro religiosos nunca dudaron de que habían gozado de la protección divina y de intercesión de la Virgen: “Vivíamos el mensaje de Fátima y rezábamos juntos el Rosario todos los días”, explicaron.
Además, el P. Schiffer escribió el libro “El Rosario de Hiroshima” donde narra todo lo que vivió.
Hace unos años, al celebrarse un aniversario más de la bomba de Hiroshima, el Obispo de Niigata, Mons. Tarcisius Isao Kikuchi, difundió un mensaje en el que subrayó que Japón puede contribuir a la paz “no con nuevas armas, sino con sus actividades de nobleza y amplia historia en el crecimiento mundial, de modo particular en las consideradas naciones en vía de desarrollo”.
El Prelado añadió que “con esta contribución al desarrollo, que lleva al pleno respeto y a la realización de la dignidad humana, sería muy apreciado y respetado por la comunidad internacional”. Cada año, del 5 al 15 de agosto, el país celebra una Oración por la Paz.
En Hiroshima y Nagasaki murieron unas 246 mil personas, la mitad en el momento del impacto de las bombas y el resto en las semanas posteriores por los efectos de la radiación.
La bomba de Hiroshima fue arrojada el dia de la Solemnidad de la Transfiguración del Señor y la rendición de Japón ocurrió el 15 de agosto, cuando la Iglesia celebra la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.
Hi guys, I was wondering for a log time, how to create some engine that works in space, without loosing any fuel/material in jet. It there would be a method to use only electric power to generate thrust, that do not violate momentum conservation rule...
I know that there is EMdrive idea, but I do not want to discuss it here, since it is not confirmed jet. I invented my own idea and I claim, that it does not break momentum conservation rule.
In simplest words the idea is to use cyclotron and send it to the space :-)
Cyclotron will give us circulating plasma consisted of negatively charged particles, accelerated to very high velocities and rotating on the circulated path. Of course in space when we accelerate plasma, cyclotron will also gather some rotational move in opposite direction than plasma.
Here is the view from the top
When we already have plasma circulating with very high speed, then in some places (called Thrust Generators) we activate magnetic field in the plane of the cyclotron, but perpendicular to the plasma's move. Magnetic field makes plasma's path curved up to the cover. Then plasma hits up cover and bounce back following curved path.
Here is the picture how it would look like
And now, the point. 1. Magnetic field does not make work over plasma. It curves plasma's path without any centrifugal acceleration or force going down, that would give momentum down to the cyclotron. 2. But when plasma hits the cover of the Thrust Generator it transfers its momentum and bounce back to the cyclotron. So the thrust is only in up direction.
What do you think about such engine, transformating rotational kinetic energy into thrust?
P.S. May be this is the reason, why UFO observers almost always describe UFO as rotating plate?...
13 julio 1969: Pablo VI recuerda en ángelus la primera misión del "Apollo 11"
El Osservatore Romano, recuerda esta efemérides, en lo que fue un momento histórico, que marco el mundo. Marcello Filotei recuerda el 20 de julio cuando los astronautas llegaron a la luna
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
“La ciencia ficción se hizo realidad el 20 de julio de 1969, cuando los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron la luna a la que habían llegado después de cuatro días de viaje a bordo del Apollo 11. El tercer miembro de la misión, Michael Collins tuvo mala suerte, a pesar de que él dijo que no”.
Filotei recuerda que Collins era el único que podía pilotar el módulo de mando, y tenía que permanecer en órbita mientras los otros dos saltaban a la superficie lunar mientras el mundo los miraba en mundovisión. Era necesario, sin él, la misión no habría tenido éxito, pero no “debería haber sido fácil mantenerse alejado como Moisés para contemplar la "Luna prometida" sin poder alcanzarla. En cada órbita durante 48 minutos permaneció fuera del contacto por radio con la Tierra, las emociones que sintió, según informó, no eran de miedo ni de soledad, sino de "conciencia, anticipación, satisfacción, confianza, casi exaltación". En cualquier caso, continuó: "es desde los tiempos de Adán que nadie ha conocido semejante soledad humana".”
El momento de bajar a la luna
Los otros dos astronautas, tomaron más tiempo del esperado para salir del transbordador, “porque la mochila que llevaban detrás de ellos para asegurar su supervivencia era demasiado grande para pasar fácilmente por la escotilla”, cuenta Filotei, después de haber recolectado más de veinte kilogramos de piedras y haber plantado la bandera, en realidad solo lograron clavarla algunos centímetros porque el suelo era particularmente duro, regresaron a la nave.
Ante las maravillas de Dios ¿qué es el hombre?
Armstrong y Aldrin antes de regresar a la nave, dejaron en la superficie lunar una placa de oro en la que estaba grabado el Salmo 8: "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies”.
Papa Pablo VI quiso este mensaje en la luna
El mensaje al cosmos le había sido confiado por Pablo VI, quien ya había dirigido su pensamiento a la misión una semana antes. Fue el 13 de julio cuando el Papa Montini enfatizó que el momento iba "más allá de los elementos descriptivos de este hecho único y maravilloso". Se estaba haciendo historia y lo que más sorprendió al Papa fue "ver que no se trata de sueños". "La ciencia ficción se convierte en realidad", dijo, pero no se detuvo allí, sino que captó un aspecto particular de la misión: "Si consideramos la organización de cerebros, actividades, instrumentos, medios económicos, con todos los estudios, experimentos, Los intentos, la hazaña, la admiración se convierte en reflexión y la reflexión se curva sobre el hombre, el mundo, la civilización, de donde brotan novedades de tal sabiduría y de tal poder ".
Una vez más volvieron a surgir las preguntas habituales: "¿Quién es capaz de hacer tanto? tan pequeño, tan frágil, tan similar al animal, que no cambia y no sobrepasa por sí mismo los límites de sus instintos naturales, y tan superior, tan maestro de las cosas, ¿tan victorioso en el tiempo y el espacio? ¿Quiénes somos? Seiscientos millones de personas vieron la luna en vivo. La intuición de Pablo VI llamó la atención sobre la mano del hombre, colocando "esta criatura de Dios, incluso más que la misteriosa Luna, en el centro de este viaje".