Los dos Santos Juan o los Hijos de la Luz entre los dos testigos de la Luz

Introducción

Los masones han elegido celebrar a los dos Santos Juan, el Precursor Juan Bautista en el solsticio de verano y el Evangelista Juan en el solsticio de invierno, de hecho, la doble cara del iniciador del Principio Fuego y de la Luz, como símbolo del conocimiento y el amor.

¿Es posible encontrar la historia de esta elección? ¿Y retrocediendo más para comprender su origen antiguo más profundo?

Quizás incluso sea posible evocar las influencias que el culto a San Juan puede tener sobre algunos símbolos fundamentales de la Masonería.

I El origen histórico del culto a San Juan

a) los hechos

La referencia más antigua a San Juan entre los masones operativos se remonta a 1427, donde un manuscrito latino conservado en Oxford da testimonio de una Asamblea en York el día de San Juan, para protestar contra un proyecto de ley del Parlamento que quería suprimir ciertas asambleas de francos-masones. .

La segunda fue una reunión de la gran logia presidida por Enrique VII el 24 de junio de 1502, para colocar la primera piedra de la Capilla de Westminster.

Finalmente, el día de San Juan, el 27 de diciembre de 1561, la reunión de la Cofradía fue interrumpida por hombres de armas de la reina Isabel I, que querían disolverla. Los oficiales invitados a participar en el ritual fueron iniciados y dieron un informe muy favorable que llevó a la Reina a revocar sus órdenes y convertirse más tarde en protectora de los masones.

En la Masonería Especulativa se da importancia al Día del Solsticio de Verano desde el principio, a principios del siglo XVIII, como lo demuestra la Constitución de la Gran Logia de Londres de 1717, que eligió el 24 de junio, Día del Solsticio de Verano de Baptiste, para unir bajo este. mencione las cuatro Logias de Londres que se reunieron por separado en cuatro cabarets de los que tomaron su nombre: L'Oie et le Gril, La Couronne, Le Pommier, Le Copa y uvas. Fue en esta fecha del solsticio de verano que la nueva Gran Logia eligió a su Gran Maestro Seyer. El 24 de junio del año siguiente, Payne le sucedió, antes de ser sustituido en Saint-Jean de 1720 por Désaguliers. Y eligió el 24 de junio de 1721 para que se adoptara el Libro de Constituciones de Anderson.

Pronto quedó atestiguado por textos, como el artículo 22 del Reglamento Anderson, que las reuniones y festivales de la masonería también podían celebrarse el 27 de diciembre, día del solsticio de invierno. Pero ahora debemos mirar más atrás en el tiempo para buscar posibles razones de esta elección.

B) Fuentes probables

Los masones de la Masonería Operativa estaban adscritos en la Edad Media a las Hermandades de profesiones libres y francas , de ahí su nombre, exentos de obligaciones corporativas, privilegio de gobierno en los censos de la Orden de los Templarios, y es en su dominio donde los artesanos de la construcción habían elegido establecerse para beneficiarse de estos privilegios.

La Orden disuelta por Clemente V en 1312, sus propiedades y derechos pasaron a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, antes de convertirse en Caballeros de Rodas y luego de Malta. En aquella época, estos libre comercios libres de limitaciones corporativas se vinculaban en Hermandades con fines religiosos y caritativos, bajo la protección de un santo patrón. Dadas las circunstancias, no podemos dudar de que ya era San Juan. Para Oswald Wirth, es incluso cierto que las Logias de Saint-Jean derivan de estas Hermandades, ya presentes en la Edad Media bajo el nombre de Cofradías de Saint-Jean.

Por tanto, parece existir un vínculo entre la elección de San Juan en la Masonería y el vínculo de las profesiones libres con la Orden de los Templarios, de la que San Juan Evangelista era patrón, y que sigue siendo la de los Hospitalarios tras la disolución de la Orden de los Templarios. la Orden. Ya en su advocación, los Templarios como sus sucesores confundieron la figura joánica del Precursor y del Apóstol.

La razón de esta asociación, más que la confusión, hay que buscarla en las afinidades simbólicas de estas dos figuras emblemáticas del Nuevo Testamento.

II El simbolismo de San Juan

A) El Bautista

Antes de evolucionar, la masonería fue primero religiosa, como lo demuestra la participación en misa antes de la vestimenta solemne. Con el tiempo y los acontecimientos, sólo conserva de las celebraciones de verano e invierno las enseñanzas esotéricas en su pureza simbólica.

No tiene sentido aquí plantear oscuros debates histórico-religiosos sobre las identidades contradictorias de los supuestos autores del IV Evangelio, las Epístolas de San Juan y el Apocalipsis. Nos quedaremos con la figura simbólica donde se evocan bajo el nombre de San Juan Evangelista, y buscaremos lo que le une con San Juan Bautista, claramente identificado.

1) Personalidad de Jean Baptiste

San Juan Bautista es también designado con el título de Precursor o Enviado, de Testigo. Este predicador del desierto, con su túnica de pelo de camello, que la tradición esotérica e iconográfica ha sustituido a veces por un vellón de cordero o de carnero virgen, es presentado como un asceta que será decapitado por Herodes, por la inmodesta Salomé. Se le presenta como figura de incorruptibilidad, de independencia de pensamiento, pero también de renuncia. ¿No es él quien dijo de Jesús: “ Él debe crecer y yo menguar ”, y también: “ El que es mayor que yo viene detrás de mí”? Yo os bautizaré con agua, él os bautizará con fuego y Espíritu Santo ”.

Su celebración el 24 de junio, día del solsticio de verano, refleja este papel de Precursor, que reconoce humildemente que no es el Mesías, sino aquel que clama en el desierto para preparar su venida. En efecto, en este día el sol está en su apogeo, pero también está en ese punto culminante después del cual su luz comenzará a disminuir, como Juan Bautista ante el Maestro que anuncia.

Como dirá precisamente de él el evangelista Juan II: “ Él no era la luz, pero vino a dar testimonio de la luz ”. Es la figura simbólica que da representación del Principio del Fuego, de la Luz, que no es la Causa Primera sino su emanación, como el Fuego de la Zarza Ardiente que manifiesta la presencia de Dios a Moisés, o las llamas de Pentecostés que Haz perceptible el descenso del Espíritu Santo, con sus dones que son principalmente Inteligencia, Conocimiento y Amor.

2) Volviendo a los orígenes de los Incendios de Verano

Así fue como Juan Bautista se convirtió en el centro de la celebración del solsticio de verano, en medio de la conflagración de fuegos, un ritual que hunde sus raíces en las tradiciones más antiguas, en la India, en Irán, en Egipto, antes de pasar por Grecia en los Misterios de Eleusis o las hogueras de la fiesta de Júpiter Estator en Roma o el culto a Mitra.

Más cerca de nuestro simbolismo, debemos evocar los fuegos de la fiesta solar asociados al mito de Heracles-Hércules, cuyos 12 trabajos son asimilados en determinadas tradiciones, a la marcha del sol en los 12 Signos del Zodíaco, el correspondiente 12º trabajo. en el solsticio de verano:

Heracles recoge las manzanas de oro de las Hespérides, antes de dejarse atrapar vistiendo la túnica impregnada de la sangre del centauro Neso, que le comunicará el fuego de su veneno, empujando al héroe a ser quemado en la hoguera desde donde Una vez purificado, accederá a la inmortalidad de los dioses.

La muerte de Hércules, por tanto, aparece ya como símbolo de la muerte del hombre profano, seguida de la resurrección del iniciado tras pasar por el Fuego del Conocimiento.

Este mito cobró importancia en el sur de la Galia, donde Heracles fue tomado como divinidad tutelar por los canteros , lo que lo convirtió en la Antigüedad en una suerte de prefiguración masónica de San Juan ya que fue tomado como maestro por aquellos cuyo culto profesional adquiere un carácter iniciático representado por los 12 trabajos del héroe, hasta su elevación final.

Considerando la fuerza de este mito en esta actividad, vemos que San Juan Bautista reemplaza con toda naturalidad a Heracles cuando la Iglesia retoma las antiguas tradiciones en las fiestas cristianas. Él se convierte en el centro de las celebraciones del culto del antiguo héroe. victoria de la Luz de la vida sobre las Tinieblas de la muerte, después de pasar por el fuego purificador. En él se exaltan el Principio Fuego y el Conocimiento que abre el camino hacia Dios a través del Bien, lo Bello, lo Ideal, lo Absoluto donde podemos reconocer la Búsqueda de la Masonería.

B) El evangelista

• Luz en la oscuridad

En el Evangelio que lleva su nombre, Juan plantea en el Prólogo el símbolo de la Luz, que no es la Causa Primera sino su emanación increada, y el origen de nuestro universo. Al mismo tiempo, confirma el papel del precursor, su tocayo Juan, como Testigo de la Luz. Porque insiste en esta Luz que " brilla en las tinieblas ", es natural a nivel simbólico que Juan Evangelista sea celebrado en el corazón de las tinieblas del solsticio de invierno, donde los fuegos exteriores ya no son el símbolo de la intensidad. de luz cósmica, sino que se encienden en el corazón de la casa para repeler la oscuridad exterior, como símbolo de la Luz que ilumina el corazón del iniciado para repeler el oscurantismo en todas sus formas.

Su festividad, el 27 de diciembre, se acerca a la fecha tradicionalmente atribuida al nacimiento de Jesús, la noche del 24 al 25 de diciembre. Como si el Logos, la Luz reducida a su expresión más débil en su encarnación en la forma de un bebé, tuviera necesidad primordial de un Testigo que recordara, en los dos días siguientes, su origen trascendente: “ En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios ” antes de evocar la encarnación “ Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de Verdad y contemplamos su gloria ” .

Jean Baptiste, cegado por la excesiva luz del solsticio de verano, no está seguro de poder ver con claridad:

"¿ Eres tú quien debería venir o deberíamos esperar a otro ?"

Juan Evangelista, en el corazón de la noche interior simbolizada por el solsticio de invierno, ve con sus ojos iniciados la Luz “ que viene a su pueblo ”.

Esta es sin duda la razón por la cual el simbolismo masónico ha adoptado un cierto número de símbolos en relación al San Juan Evangelista de la tradición.

2) Símbolos joánicos en la masonería

• El águila

Según la visión de Ezequiel retomada por el Apocalipsis, de las 4 figuras, Ángel, Toro, León, Águila, esta última, el Águila, está asociada a San Juan. Este pájaro, según la Cabalá, es la figura de Oriente, y la imagen de Uriel el Ángel purificador; él es el pájaro de la Iluminación y la Iniciación. La tradición le atribuye un poder de rejuvenecimiento, cuando, después de acercarse al sol hasta arder, se sumerge en agua, para luego regresar al fuego, convirtiéndose así en el símbolo del renacimiento mediante el doble bautismo de agua y fuego. Esta águila ocupa un lugar importante en el simbolismo masónico, particularmente en los altos grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

• el cordero

En el Evangelio de Juan, es al escuchar a Juan Bautista decir mientras presentaba a Jesús: “ He aquí el Cordero de Dios ”, que dos discípulos de Juan, entre ellos el que se suponía era el evangelista mismo, partieron con Jesús designándolo con el título de “ Maestro ”: Rabino. Es también en el Apocalipsis atribuido a él que vemos al Cordero, que es el único que tiene el poder de abrir los 7 sellos del Libro del fin de los tiempos. En este sentido, cabe destacar la elección de la piel de cordero para el delantal para los rituales masónicos.

• la letra g

Originalmente la letra atribuida a Juan es la minúscula griega Gamma, γ, que representa en astrología la cabeza de Aries, como se muestra en diversas iconografías antiguas. En efecto, Juan, que presenta a Jesús como el Buen Pastor que conduce a sus ovejas a un lugar seguro, es representado simbólicamente como el Carnero, entre el Pastor y las Ovejas, responsable del rebaño de iniciados que “ escuchan ” la voz del Maestro.

En el alfabeto hebreo corresponde a Gimel, ג , cuya forma de canalón descendente expresa la eterna benevolencia de Dios, que da Aliento, Sabiduría, Vida y Fuerza. Su nombre hebreo le da el significado de Camello (que recuerda la vestimenta de Juan Bautista, quien también designó a Jesús como el Cordero de Dios) Y en su forma más antigua donde estiliza una cabeza de camello, anuncia la forma de la Gamma mayúscula, γ que es la del cuadrado.

¿Es necesario recordar que cuatro γ asociadas forman la esvástica, que desde el principio de los tiempos significa Conocimiento, y no es ajena a la oveja, ya que, como señala Paul Naudon, la encontramos encima de las puertas de antiguos rediles del País Vasco? .

También debemos tener en cuenta su valor numérico 3, que es entre otras cosas el símbolo del equilibrio primordial entre los tres elementos primarios de la Creación: aire, agua, fuego, simbolizados por las 3 columnas del Árbol Sephirot. Es entonces el número de la Creación, de la Inteligencia activa.

Sabemos la importancia del número 3 en el simbolismo masónico, desde el triángulo hasta los 3 puntos, pasando por las 3 columnas y las 3 grandes luces. Asimismo, es inútil desarrollar aquí todos los significados que se han propuesto para la letra G, tomada como inicial. Nos bastó recordar el vínculo que puede tener con San Juan, en sus dos figuras.

• Las estrellas, la estrella

Es en el Apocalipsis de Juan donde aparece “ El que es semejante a un hijo del hombre (…) y que tiene las siete estrellas en su mano derecha ”. Es el mismo que afirma un poco más lejos en el mismo texto: “ Al que venciere y guarde mis obras hasta el fin, le daré potestad sobre las naciones (…) Y le daré la Estrella de la Mañana ”.

5) La serpiente

La Serpiente que vemos asociada a Juan en determinadas representaciones no tiene nada del Tentador del Jardín del Edén. Está vinculado al simbolismo de la serpiente de bronce que Moisés presentó ante la vista de los hebreos mordidos en el desierto por serpientes ardientes. Sin entender nada del valor iniciático de este paseo por el desierto y de sus pruebas, se quejaron contra Dios y contra Moisés. Pero por la Serpiente de Bronce, fueron sanados después de reconocer su error. Y es el evangelista Juan quien recuerda este episodio haciendo que Jesús lo diga.

“ Como Moisés levantó la Serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree no perezca, sino que tenga Vida Eterna .”

En este contexto, la Serpiente redescubre el significado que tiene en los mitos antiguos, y vuelve a ser, como en manos de San Juan, el Símbolo del Conocimiento, y de la Curación y la Vida que se le atribuyen.

Conclusión

Nuestro objetivo aquí no es ser exhaustivo, sino sólo subrayar los vínculos simbólicos que pueden justificar la elección de los Dos Santos Juan en la tradición masónica; volveremos a concluir sobre estos dos Testigos de la Luz, destacando lo que los une. entre ellos en los dos polos cósmicos del verano y del invierno, y que arroja luz sobre el lugar que han ocupado, desde el principio, entre los masones.

San Juan Bautista , último profeta de la Antigua Alianza, pero vivo en el tiempo de la revelación del Logos encarnado, como Mesías de la Nueva Alianza, es el vínculo entre las “ cosas viejas ” y las “ cosas nuevas ”.

San Juan Evangelista es quien les da cumplimiento en su Evangelio del Espíritu y del Amor, conciliando Razón y Sensibilidad, Conocimiento y Amor.

De todo ello surge la influencia preponderante de esta doble figura en la Masonería, que busca desde su origen reunir a todos los hermanos cuyos esfuerzos por alcanzar la Verdad son puros y desinteresados, y que han comprendido que el Logos, la Luz, la Vida, era conducir a través del Amor fraternal hacia un Conocimiento superior en la armonía de lo Verdadero, lo Bueno y lo Bello.