Although centuries have passed since this trade route was established, the area wasn’t settled until Carlos Wiederhold Piwonka, a German descendant born in Chile, crossed the Andes and set up a shop he named La Alemana (The German).
Immigrants — mostly from Austria, Germany, and Slovenia — began to settle in the area and thus was born ‘San Carlos’ in 1895, today the city of San Carlos de Bariloche.
The Andeans crossing traverses ancient trade route with a variety of waterways, including Llanquihue, Todos los Santos, Frías and Nahuel Huapi.
The Germanic influence in Bariloche is reflected in the cathedral, Our Lady of Nahuel Huapi.
Throughout the region, visitors see the Alpine-style architecture typical of Patagonia dotting the landscape.
After the first world war, the journey was developed into a commercial tourism route by Ricardo Roth Schütz, an Argentine born to Swiss parents.
Today, people from all over the world visit this area, captivated by its virgin nature that has remained largely unspoiled over the centuries.
María Eva Duarte de Perón (Spanish pronunciation:[maˈɾi.aˈeβaˈðwarteðepeˈɾon]; néeMaría Eva Duarte; 7 May 1919 – 26 July 1952), better known as just Eva Perón or by the nickname Evita (Spanish:[eˈβita]), was an Argentine politician, activist, actress, and philanthropist who served as First Lady of Argentina from June 1946 until her death in July 1952, as the wife of Argentine PresidentJuan Perón. She was born in poverty in the rural village of Los Toldos, in the Pampas, as the youngest of five children. In 1934, at the age of 15, she moved to the nation's capital of Buenos Aires to pursue a career as a stage, radio, and film actress. She became a central figure of Peronism and Argentine culture because of the Eva Perón Foundation, a charitable organization that had a huge impact in Argentine society.
She met Colonel Juan Perón on 22 January 1944 during a charity event at the Luna Park Stadium to benefit the victims of an earthquake in San Juan, Argentina. The two were married the following year. Juan Perón was elected President of Argentina in June 1946; during the next six years, Eva Perón became powerful within the pro-Peronist trade unions, primarily for speaking on behalf of labor rights. She also ran the Ministries of Labor and Health, founded and ran the charitable Eva Perón Foundation, championed women's suffrage in Argentina, and founded and ran the nation's first large-scale female political party, the Female Peronist Party.
In 1951, Eva Perón announced her candidacy for the Peronist nomination for the office of Vice President of Argentina, receiving great support from the Peronist political base, low-income and working-class Argentines who were referred to as descamisados or "shirtless ones" (similar to the term “sans-culottes” during the French Revolution). Opposition from the nation's military and bourgeoisie, coupled with her declining health, ultimately forced her to withdraw her candidacy.[1] In 1952, shortly before her death from cancer at 33, Eva Perón was given the title of "Spiritual Leader of the Nation of Argentina" by the Argentine Congress.[2][3][4] She was given a state funeral upon her death, a prerogative generally reserved for heads of state.
Eva's 1951 biography, La Razón de mi Vida,[8] contains no dates or references to childhood occurrences, and does not list the location of her birth or her name at birth.[9] According to Junín's civil registry, a birth certificate shows that one María Eva Duarte was born on May 7, 1919. Her baptismal certificate lists the date of birth as May 7, 1919 under the name Eva María Ibarguren.[10][11] It is thought that in 1945 the adult Eva Perón created a forgery of her birth certificate for her marriage.[12][page needed]
Eva Perón spent her childhood in Junín, Buenos Aires province. Her father, Juan Duarte,[13] was descended from French Basque immigrants. Her mother, Juana Ibarguren, was descended from Spanish Basque immigrants.[14] Juan Duarte, a wealthy rancher from nearby Chivilcoy, already had a wife and family there. At that time in rural Argentina, it was not uncommon for a wealthy man to have multiple families.[15]
When Eva was a year old, Duarte returned permanently to his legal family, leaving Juana Ibarguren and her children in abject poverty. They were forced to move to the poorest area of Junín. Los Toldos was a village in the dusty region of Las Pampas, with a reputation as a desolate place of poverty. To support herself and her children, Ibarguren sewed clothes for neighbors. The family was stigmatized by the abandonment of the father and by the illegitimate status of the children under Argentine law, and was consequently somewhat isolated.[16] A desire to expunge this part of her life might have been a motivation for Eva to arrange the destruction of her original birth certificate in 1945.[12][page needed][17]
When Duarte suddenly died and his mistress and their children sought to attend his funeral, there was an unpleasant scene at the church gates. Although Juana and the children were permitted to enter and pay their respects, they were promptly directed out of the church. Duarte's widow did not want her late husband's mistress and children at the funeral and, as she was the legitimate wife, her orders were respected.[18
Dueños, historias y leyendas detrás de "la casa argentina de Hitler"
Surgieron nuevos datos sobre la que habría sido la casa del Führer en Villa La Angostura. Similitudes con el refugio que tuvo en Los Alpes. Planos de la mansión. FotosGalería de fotos
La leyenda urbana suele aparecer cuando una historia del folclore popular no puede confirmarse, pero tampoco descartarse.
En Villa La Angostura, la pequeña aldea de montaña que alguna vez alguien bautizó como “el jardín de la Patagonia”, la posibilidad de que Hitler haya vivido en la mansión de Inalco es un rumor reciente, fogoneado por los abundantes artículos periodísticos y las investigaciones sobre el tema.
La casa de Inalco se encuentra en un lote de 460 hectáreas a orillas del lago Nahuel Huapi, a unos 7 km. del centro de la localidad. El predio, ubicado a metros de la ruta 231, aún hoy parece escondido en medio de un frondoso bosque de especies nativas.
A raíz de las dudas sobre la muerte de Hitler, en la década del '90 distintos autores reprodujeron la teoría de que el lider nazi escapó a la Argentina en un submarino, recaló en la Patagonia y que durante algunos años vivió en Inalco.
La historia de la casa, devenida en el Berghof del Führer en la Patagonia, se entremezcla con datos ciertos del desembarco de capitales alemanes en la zona después de la Primera Guerra Mundial (desde la compañía Chile -Argentina hasta la familia Lahusen, que adquirió varias estancias en la década del '40) y la presencia confirmada de distintos jerarcas nazis en Bariloche y alrededores. Ambos elementos fueron el caldo de cultivo de una historia con vinculaciones y derivaciones sorprendentes.
El nacimiento de un mito
El lote de Inalco fue vendido por el hijo de Primo Capraro –inmigrante italiano- a Enrique García Merou, un abogado porteño conectado a la alta sociedad de entonces y vinculado a empresas de capitales alemanes que habrían colaborado con la huida de decenas de agentes nazis hacia la Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial.
García Merou compró el lote alrededor del 40 y contrató al reconocido arquitecto Alejandro Bustillo –autor del hotel Llao Llao y el Centro Cívico de Bariloche, entre otras obras- para que construyera la casa.
Los planos originales de la granja y la fachada de la casa principal, firmados por el mismo Alejandro Bustillo, tienen fecha de marzo de 1943.
Distintos autores señalan la vinculación de Merou con Juan Domingo Perón y la “venta” posterior de la propiedad a Jorge Antonio, supuesto testaferro del ex presidente y representante de la empresa Mercedes Benz en la Argentina.
En el libro “Bustillo en la Patagonia”, de Martha Levisman, se reseña un detalle curioso: Merou habría importado ejemplares de una raza de vaca lechera típica de los Alpes Suizos que se adaptó a la zona pero que luego se “mestizó” con animales comunes.
Durante varios años el complejo sirvió como fuente de trabajo para numerosos pobladores. Por eso, antiguos vecinos descartan la posibilidad de que alguien tan conocido cono Hitler hubiera estado ahí y que no se “filtrara” alguna información.
Abandono y saqueo
A mediados del ´50 la casa quedó abandonada y en los ´70 José Rafael Trosso, ex presidente del Banco de Intercambio Regional (BIR), compró la propiedad. Trosso invirtió mucho dinero y mejoró las instalaciones.
Por esos años el banquero también adquirió el hotel Correntoso, aledaño a Inalco. El contador de ambas propiedades habría sido Juan Mahler, quien en realidad resultó ser Reinhard Kopps, ex oficial de la SS descubierto en Bariloche en el 94 por la cadena de noticias norteamericana ABC. Kopps murió en septiembre de 2001.
Kopps fue quien señaló a la prensa a Erich Priebke, acusado de la masacre de las Fosas Ardeatinas, por ese entonces destacado miembro de la sociedad barilochense.
Ambos habían llegado en Bariloche en la posguerra. Priebke, quien fue desterrado y juzgado por sus crímenes de guerra en Italia, dirigía en Bariloche la escuela Primo Capraro, cuyo hijo fue uno de los dueños de la tierra en donde se construyó la casona.
Al poco tiempo de comprarlo Trosso vendió el Hotel Correntoso y se quedó sólo con la propiedad de Inalco.
El banquero tenía vinculaciones con Martinez de Hoz y Eduardo Emilio Massera. En los '80 se produjo la quiebra del BIR –uno de los fraudes más importantes de la historia del país- y Trosso escapó. Estuvo prófugo en México durante décadas.
Tras el escándalo el complejo quedó abandonado y fue saqueado nuevamente. Personal que trabajó en la casa asegura que en distintas hosterías y casas de La Angostura hay muebles y hasta puertas de la antigua propiedad. La etapa del “turismo estudiantil”
En 1993 la Fundación Hölters, del colegio Alemán de Buenos Aires, alquiló la propiedad para convertirlo en un complejo destinado a los viajes de estudios de sus alumnos y de otros colegios alemanes.
“Alquiló el lugar por 10 años, con una condición, debía invertir y recuperar el predio. El colegio invirtió una fortuna. No entiendo porqué alquilaron eso que estaba destruido en vez de otros lugares en mejores condiciones. Invirtieron mucho dinero”, cuenta Carlos Bryner, un ex alumno del colegio, quien organizaba los viajes y las actividades de los alumnos en Inalco.
El colegio convirtió el establo en comedor, baños y un albergue. El taller de máquinas se transformó en dormis, la casa de los peones en cabañas turísticas y la casa principal en una hostería. Durante esos años unos 10 mil estudiantes del Colegio Alemán y escuelas estatales pasaron por el complejo y en el lugar se filmaron algunas películas como "La vida según Muriel" y cortometrajes.
En el 2001 Edmundo Simon, presidente de la Fundación Hölters, fue denunciado como responsable de una organización dedicada a realizar cacerías ilegales de ciervo en el Parque Nacional Nahuel Huapi. La denuncia, que salió a la luz a través de una cámara oculta de Telenoche Investiga, indicaba que Simon habría usado como fachada una fundación para recibir importantes subsidios de organismos nacionales e internacionales destinados a fines ecologistas.
La denuncia salpicó al colegio aunque continuaron trabajando hasta el 2003. El convenio venció y la Fundación decidió no renovarlo. La casa quedó abandonada y fue nuevamente saqueada.
¿El Berghof de la Patagonia?
Las dudas que alimentan el mito señalan la disposición interna de la casa principal –similar al Berghof de Hitler en los Alpes- y la construcción de una pequeña villa paralela autosustentable, con usina propia, cultivos y animales.
Bryner describe que en la parte superior de la casa principal hay un pasillo grande, hacia el lago hay una puerta que da a dos habitaciones muy amplias independientes que se comunican por un baño en común. Una de ellas tiene un balcón. Del otro lado del pasillo, otras dos habitaciones más pequeñas también con un baño en común.
Al final del pasillo, en la otra punta de la casa, dos habitaciones muy chicas con un baño y una escalera que comunica a la cocina de la planta baja. También en el primer piso pero sin comunicación con el interior, se ubica una habitación pequeña con baño.
En la planta baja hay un gran salón, una cocina y tres habitaciones con baño privado. En el salón principal se advierte una gran chimenea y amplios ventanales con vista al Nahuel Huapi y la cordillera.
Por un camino interno, a unos 500 metros a la derecha de la casa principal se llega a una pequeña villa donde Bustillo construyó la “frame” o granja, con establo, casa del encargado, para los peones, gallinero, perrera y el centro un bebedero, entre otras cosas. Las construcciones se encuentran en torno a una especie de plazoleta que originalmente era de adoquines y ahora está cubierto por cenizas.
En la costa hubo una rampa y galpón que para algunos autores sirvió para guardar un hidroavión. Bryner señala que en realidad la rampa fue construida para el barco “El Paisano”, una embarcación que compró la familia Trosso. También había allí un malacate importante que luego desapareció.
Carlos Wiederhold Piwonka (9 de julio de 1867, Osorno, Chile - 29 de julio de 1935, Santiago, Chile) fue un empresario chileno de origen alemán, conocido por fundar en 1895 el primer asentamiento comercial que luego permitiría la consolidación de la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche.
Edificio del diario El Llanquihue, que conserva la fachada de la empresa Carlos Wiederhold y Cía.
Carlos Wiederhold nace en Osorno el 9 de julio de 1867,1 siendo hijo de Guillermo Wiederhold y de Emilia Piwonka,2 alemanes llegados a Chile durante el periodo de la Colonización alemana de Valdivia, Osorno y Llanquihue. Su hermano Jermán llegaría a ser uno de los primeros fotógrafos de la zona a fines del siglo xix. Carlos cursa sus estudios primarios en el Instituto Alemán de Osorno, para luego continuar sus estudios en el Imperio Alemán, donde obtiene el título de arquitecto, volviendo a Chile en 1893.3 En este país contrae matrimonio con Francisca Erberth, y en segundas nupcias con Emilia Glein, sin que se le conozca descendencia.2
En 1894 se radica en la ciudad de Puerto Montt, donde funda la compañía "Carlos Wiederhold y Cía.",a dedicada a la importación y distribución de productos europeos en el sur de Chile.3 En ese contexto incursiona en una nueva ruta comercial desde Puerto Varas hacia la zona del lago Nahuel Huapi en Argentina, llegando a construir en 1895 el almacén «La Alemana» (luego renombrado «San Carlos») a orillas de la actual ciudad de San Carlos de Bariloche.3
Debido a la inexistencia de una ruta habilitada, así como a la presencia de numerosos lagos, la ruta que abre Wiederhold, junto con sus hermanos German y Rolf y el chilote Antonio Millaqueo,4 es la que posteriormente se conocería como «Ruta de los raulíes», que conecta el sector Casa Pangue, en el lado chileno cerca de Peulla, con Puerto Blest en Argentina, evadiendo el lago Frías, cuya navegación no resultaba viable entonces por su aislamiento.3 Para el desarrollo de esta ruta también construye el primer hotel en Peulla.3
Hotel de Carlos Wiederhold en Peulla en 1898.
Para la navegación en el Nahuel Huapi, Wiederhold encarga la construcción del vapor «Condor» en el lado chileno, que luego es desarmadado y cruzado a lomo de la mula por la cordillera, para luego ser ensamblado nuevamente del lado argentino a orillas del Nahuel Huapi.4
El asentamiento de Wiederhold en Argentina permitió dar inicio a un fluido intercambio comercial a ambos lados de la cordillera, llevando productos europeos importados a Chile hacia Argentina, así como la exportación de productos ganaderos argentinos a través de Chile.3 A partir de 1900 delega sus operaciones en Argentina a su socio, el también chileno-alemán oriundo de Osorno, Federico Hube, quien consolida la actividad de la compañía a través de la Casa Hube y Achelis. Dos años después, en 1902, las autoridades argentinas fundan oficialmente la ciudad de San Carlos de Bariloche en Argentina, dándole su nombre en honor al almacén de Carlos Wiederhold, a quien reconocen como primer vecino de la ciudad.3
Luego del cese de sus operaciones en Argentina se radicó nuevamente en Puerto Montt, donde continuó dedicado al comercio exterior.1 Durante este periodo también se desempeñó como cónsul del Imperio Alemán en esa ciudad. Años después se traslada a Santiago de Chile por motivos de salud,3 donde fallece el 29 de julio de 1935 producto de una leucemia, recibiendo sepultura en el Cementerio General de esa ciudad.5
Las desventuras de Pedro de Mendoza: de los sueños de riqueza al canibalismo, la sífilis y la muerte en alta mar
De su propio bolsillo armó una expedición con la idea quedarse con grandes extensiones de tierras. Pero cuando partió de España ya estaba enfermo y nada saldría según lo planeado. La crónica de un sueño que terminó en desastre
Pedro de Mendoza estuvo al frente de una importante expedición al Río de la Plata, que él costeó de su bolsillo (Ministerio de Cultura)
Sabía que tenía los días contados cuando abordó la carabela La Magdalena. Junto al galeón Santantón y 150 hombres partió del Río de la Plata el 22 de abril de 1537. Enfermo, sin poder abandonar su camastro, Pedro de Mendoza había decidido regresar a España. Detrás dejaba una expedición en la que no encontró civilizaciones con inmensas riquezas para saquear ni tampoco pudo dar con una ruta hacia el Pacífico.
Eran tiempos en que se jugaba una carrera contrarreloj entre españoles y portugueses para hacerse de los territorios de ultramar, que pensaban que explotaban de riquezas de todo tipo. Mendoza le propuso al rey Carlos I lanzarse a la conquista.
Nacido en 1499 en el seno de una familia aristocrática, había empezado como paje en la corte y fue gracias a su padre que Pedro fue nombrado caballero.
Ulrico Schmidl era un soldado alemán que escribiría un sorprendente relato de esos años de conquista (Grabado de la edición de Levinus Hulsius, 1599)
Supo hacerse de una posición y de fortuna después de participar del saqueo de Roma en 1527 en el marco de la guerra entre los Estados Pontificios y el Sacro Imperio Romano Germánico.
La expedición
El monarca español estaba en una encrucijada: era consciente que no podía quedar atrás respecto a los portugueses en la conquista de tierras de ultramar, pero los fondos escaseaban. Por eso recibió con los brazos abiertos la propuesta que Mendoza le hizo en 1534. El navegante se ofreció a costear de su propio bolsillo una expedición.
A través de la Capitulación de Toledo del 21 de mayo de 1534 el rey lo nombró adelantado con atribuciones militares y de fundador.
Mendoza estaba en una excelente posición económica que esperaba superar. Con derechos a quedarse con la mitad de los tesoros que encontrase, debía tomar posesión de las tierras que se distribuían entre lo que hoy es Buenos Aires y Asunción del Paraguay.
Paisaje irreconocible. La artista Léonie Matthis recreó el reparto de tierras durante la segunda fundación, llevada adelante por Juan de Garay
La noche del 24 de agosto de 1535 partió de Sanlúcar de Barrameda con 16 barcos, cerca de 2000 hombres y un centenar de caballos y yeguas. Fueron de la partida una decena de sacerdotes, el médico Hernando Zamora y el cirujano Pedro Gómez. Viajaban muchos parientes de Mendoza y otros personajes como Carlos Dubrín, hermano de leche de Carlos I y Rodrigo de Cepeda y Ahumada, hermano de Santa Teresa de Jesús.
La mayoría de la tripulación estaba conformada por alemanes, neerlandeses y sajones, y según las crónicas iban seis mujeres.
Mendoza ya estaba enfermo, de lo que entonces se conocía como “mal napolitano” o “morbo gálico”, que es como se conocía entonces a la sífilis, que había contraído en sus correrías por Roma. Con su cuerpo cubierto de llagas, padeció el cruce del Atlántico encerrado en su camarote.
El médico Hernán Zamora no se despegó de su lado y tenía el dato que en América crecía la planta Guayacán, para tratar esta enfermedad. Lo que ignoraba el doctor es que crecía en zonas tropicales, no en el Río de la Plata.
Recreación de uno de los tantos enfrentamientos entre los españoles y los querandíes, tal como lo vio Schmidl
El hombre no la pasó bien. Frente a las costas de Brasil, en noviembre de ese año, enfrentó un violento temporal. Uno de los barcos se hundió muriendo toda su tripulación, y algunos hombres aprovecharon para desertar. Su hermano Diego, a quien había nombrado almirante y era el responsable de guiar a la flota, se las arregló para volver a reunir a los barcos y continuar viaje hacia el Río de la Plata, adonde llegó previa escala en las costas uruguayas.
Hasta recuperarse, el Adelantado había delegado el mando a su segundo, Juan Osorio, el jefe de la infantería. Este hombre, de 25 años quien, al ver que el jefe no estaba en condiciones de mandar, pretendió desplazarlo. Luego de una dura disputa con Diego Mendoza, Osorio terminó asesinado.
Los “buenos ayres”
El 2 o el 3 de febrero de 1536 Mendoza estableció un asentamiento en las cercanías de lo que hoy es Paseo Colón y Humberto 1°, aunque otros autores dicen que fue mucho más cerca de la Vuelta de Rocha, pegado al Riachuelo, por la actual avenida Almirante Brown, al que tomó como puerto natural y como un sitio adecuado para proteger a sus naves.
Mendoza levantó un modesto fuerte que llamó Real de Santa María del Buen Aire, nombre que aludía a una cofradía de marineros de la isla de Cerdeña. Para algunos historiadores fue la primera fundación de Buenos Aires, aunque otros no lo interpretaron así.
El español desmanteló algunos barcos para modificarlos a bergantines para navegar el curso del río. Creía que al final del viaje llegaría al Pacífico.
En los festejos por los 400 años de la primera fundación, realizados en la Vuelta de Rocha el 2 de febrero de 1936, uno de los protagonistas fue Pedro de Mendoza (Caras y Caretas)
Pero con el buen aire no podía alimentar a su tripulación. En los primeros días los querandíes, que se mostraron amistosos, les llevaron carne y pescado. Los españoles los llamaron indios pampas.
Hambre y privaciones
Según las crónicas de Ulrico Schmidl, miembro de la expedición, el hambre era tal, que comían toda clase de animales, insectos e incluso el cuero de los zapatos. En una oportunidad, tres hombres robaron un caballo, lo mataron y se lo comieron. Cuando fueron descubiertos, se los ahorcó. A los cuerpos aún colgados de la horca, les cortaron los muslos y los brazos y los cocinaron.
Un día los indígenas dejaron de enviar comida. Entonces Mendoza comisionó al alcalde Juan Pavón y a dos soldados a que recorrieran las cuatro leguas que los separaban de las tolderías para reclamar los alimentos.
No se sabe qué ocurrió. Aparentemente los españoles no se comportaron con corrección porque los indígenas los molieron a palos. Mendoza ordenó darles un escarmiento.
El 15 de junio de 1536, día de Corpus Christi, el adelantado comisionó a su hermano Diego con 300 soldados de infantería y una treintena de jinetes bien armados. Llevaba la orden de matar a los indios y apoderarse de sus tierras.
Pero los indígenas los estaban esperando. Ya no era un grupo reducido. Habían reunido a tribus amigas y, según Schmidl, eran cerca de cuatro mil hombres armados con flechas con punta de piedra y lanzas.
Durante el combate, unos veinte españoles de infantería y media docena de caballeros murieron a flechazos, y cerca de mil indígenas cayeron por las armas de fuego de los europeos. Al caballo de Diego de Mendoza lo derribaron con unas piedras sujetas a un cordel y, ya en el piso, lo mataron.
Siempre según la historia oficial, los indígenas huyeron y los españoles, que no pudieron tomar cautivos, se apoderaron de esas tierras. En el lugar hallaron cueros de nutrias, pescado, harina y manteca de pescado. En el río de la zona descubrieron que la pesca era abundante.
Este combate se habría desarrollado cerca del actual río Matanza que, cuando cruza la avenida General Paz, se transforma en el Riachuelo. Para algunos es el origen del nombre de lo que se transformaría en el partido más populoso del conurbano.
Volver a España
Pedro de Mendoza ya no sentía con fuerzas para seguir adelante con la expedición. Su enfermedad se agravaba cada vez más. Delegó el mando en Francisco Ruiz Galán y se embarcó para regresar a España. En estas tierras Galán y los hombres que quedaron -entre ellos un médico genovés, Blas Testanova- terminarían incorporándose a la colonización del Paraguay, al mando de Juan de Ayolas y Salazar, cuando éste llegó al Río de la Plata. Solo quedaron una docena de caballos que se dispersaron y se multiplicaron en el campo, y para 1541 solo quedaban ruinas de lo que había levantado Mendoza.
El viaje de regreso fue un martirio. No solo por su enfermedad, sino por la escasez de alimentos. Además, fuertes vientos hicieron desorientar al galeón Santantón que terminó en Santo Domingo.
A los 400 años también se recreó la carabela La Magdalena, la nave de Mendoza (Caras y Caretas)
Mendoza era atendido por su médico Hernando de Zamora, quien, a esa altura, se había transformado en su amigo y en un hombre de confianza con quien compartía las decisiones que tomaba.
En su camarote reunió fuerzas para redactar entre el 11 y el 13 de junio su testamento, donde estipuló el reparto de sus bienes entre su familia e iglesias. El 23 de junio, al suroeste de las islas de Cabo Verde, falleció. Al día siguiente, el día de San Juan, arrojaron al mar su cuerpo y sus sueños truncos de riquezas y gloria.