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Nombre: Jhin
Edad: Miles de años, aunque se ha pasado gran parte de ellos hibernando. Ni el mismo recuerda su edad exacta, pero en su forma humana (en la que prefiere pasar el máximo tiempo posible) aparenta unos 23-24 años.
Raza: Dragón
Elemento: Oscuridad
Historia: En la primera etapa de la vida de Jhin, este tuvo que enfrentarse a sus propios padres por su vida ya que, tal y como estos le espetaron: su existencia había sido concebida para realizar un sacrificio y así alcanzar mayor poder. Junto a su hermano, pudierorn escapar y refugiarse en un lugar que ambos tenían como seguro, un "nuevo hogar". Sin embargo, las cosas no les fueron del todo fáciles y al poco tiempo ese "hogar" se convirtió en un nuevo infierno. Al parecer, su hermano le había traicionado e intentó acabar con su vida, para llevarle su cadáver a sus padres como ofrenda, que estos realizaran el sacrificio y además le permitieran volver. Sin embargo, fue Jhin quien salió victorioso de esta contienda, y con tanto odio como pena, temor, agresividad y rencor (en una mezcla de emociones típicas de su elemento y potenciadas por la situación) fue, decidido, a acabar con todo esto de una vez por todas e hizo lo propio con sus padres, en una cruenta batalla que se demoró durante bastante tiempo.
Al acabar, y para cerrar el círculo, de forma irónica fue Jhin quien al final de alguna forma "realizó dicho sacrificio" (sin llegar a serlo) ya que utilizó los propios cuerpos de ambos dragones para crear dos armas: en concreto, dos dagas que encerraban el poder de ambos dracos, revestidas con sus propias escamas y en el mango de ambas, un ojo de cada dragón. Todo un simbolismo que le acompañaría para siempre.
A partir de ahí, pensó que podría comenzar a vivir una vida tranquila y en paz. Sin embargo, el resto de dragones habitualmente lo tomaban de forma hostil, tanto por su elemento, como por lo que realizó, por lo que comenzó a interesarse por el mundo humano. En él, aprendió pronto también que su forma de dragón no era bienvenida precisamente. Muchos lo odiaban, otros intentaban cazarle, otros tantos le tenían miedo...
Por eso aprendió a materializar su forma humana y fue entonces, solo entonces, cuando pudo comenzar a vivir en paz. Convivió con ellos, durante mucho tiempo, y encontró la tranquilidad que tanto anhelaba. Tanto es así, que inclusive encontró el amor en una mujer humana. Sin embargo, la corta vida de esta raza hizo que dicha felicidad fuera muy efímera para Jhin, quien desde entonces tampoco terminó de encontrar su lugar entre la humanidad, aunque sí que se sentía mucho más cómodo entre ellos.
Los siguientes cientos de años en su vida fueron aciagos, intentando convivir consigo mismo y con su desgracia deambulaba buscando algún tipo de sentido que le hiciera merecer o mejor dicho disfrutar su existencia. Hasta que, cansado, perdió toda esperanza y decidió hibernar en una cueva antigua y profunda. Hasta hace relativamente poco, que despertó de su sueño por algún motivo que aún desconoce.
Personalidad: Traición, muerte, rechazo... casi todo lo que Jhin ha experimentado en su forma de dragón le ha hecho prácticamente descartar dicha forma y/o vida. Se encuentra mucho más cómodo en su forma humana; sus actitudes y conductas son prácticamente humanas. Es por este motivo que tan solo se convertirá en dragón cuando la situación sea límite, o inclusive haya superado dichos límites y a regañadientes. Intenta ser frío y distante, mantener el autocontrol (ya que él anhela vivir tranquilo), aunque al ser un dragón es bastante orgulloso. Le encanta combatir, ya que es un entorno en el que se siente cómodo, pudiendo liberar todo su estrés, preocupaciones, descargar adrenalina, etc. Por lo que se podría decir que es realmente en batalla cuando es él mismo y saca a relucir su verdadera personalidad. Pero también lo evita ya que toda experiencia que le han traído los combates en su vida ha sido negativa.
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