Trabaja sin tensionarte
Acéptate tal cual eres y trabaja
por ser mejor, pero sin recriminarte.
Valora tu cuerpo y atiende por tu salud.
Reconócete el mérito de poseer
los dones que tienes.
¡Bendícete y felicítate por tus aciertos!
Declárate el mejor amigo de ti mismo.
Dale gracias a Dios por todos los beneficios
que has recibido y agradécele
las oportunidades de superarte
y crecer como persona y en tu profesión.
Incluso aquellas que no entiendes o que
te parecen dolorosas o difíciles.
El estrés dificulta tu paz interior,
afecta tu salud, tu felicidad y tu vida.
Para evitarlo, renuncia a querer lograr
objetivos de manera acelerada y forzosa.
Aprende a utilizar el tiempo en forma adecuada.
Evita tensionarte por querer hacer
varias cosas a la vez.
No empujes el río, déjalo correr a su ritmo.
No te amargues imaginando
futuros llenos de dificultades.
Mira tus problemas con objetividad
y hasta con buen humor
y saca provecho de tus errores.
El cansancio mental que provocan
las situaciones conflictivas te hace
flaquear la atención y debilita
tu capacidad mental.
Para solucionarlo, siéntate cómodamente
en un sofá, olvida las causas de tal tensión,
quédate en silencio durante diez minutos
sin pensar en nada y sin proponerte nada.
¡Sólo relájate!. Comienza así a recuperar
tu estabilidad y tu paz internas,
para que puedas atender de la mejor
manera las decisiones que debes tomar.