Llueve sobre el campo verde... ¡Qué paz! El agua se abre y la hierba de noviembre es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza de la huerta se ve el valle más verde, más oloroso, más idílico que antes.
Llueve; los álamos blancos se ennegrecen; los pinares se alejan; todo está gris melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente surgen vagas claridades malvas, rosas, amarillas, de sedas y de cristales...
¡Oh la lluvia sobre el campo verde! ¡Qué paz! En el aire vienen aromas mojados de violetas otoñales.
Juan Ramón Jiménez
**********************************************************************************************
Muy buenos dias amigas/os, de verdad se ha creido alguien que
el tiempo se nos podria arreglar, yo desde luego no...esta muy
desagradable y desapacible.
Me gustaria comentarles muchas cosas, pero quiza no tendria espacio
para poder decirlo todo, asi que solo les comentare algo que ayer me
dijeron, me comento una amiga, (asi la considero) que ella se crio en el
campo...bueno yo tambien soy de pueblo y me crie en el campo, bendito
sea, pues aprendes un montón, ves la vida de otra manera y eres más
feliz, bueno quiza cuando eres más niña, despues la vida cambia y la
verdad no se si para bien, te haces mayor, tienes hijos, nietos...que esos
te ponen los pelos de punta si ya se que son lindos y hijos de tus hijos,
pero son unos indigenas.
En fin otro dia les cuento como vivia en el pueblo y las trastadas que se me
ocurrian, yo era peor que mis nietos... pasen feliz dia y disfruten.
Zara
|