En invernales horas, mirad a Carolina. Medio apelotonada, descansa en el sillón, envuelta con su abrigo de marta cibelina y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina, rozando con su hocico la falda de Aleçón, no lejos de las jarras de porcelana china que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
como una rosa roja que fuera flor de lis. Abre los ojos; mírame con su mirar risueño, y en tanto cae la nieve del cielo de París.
Rubén Dario.
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Hoy me levante tarde, a las nueve de la mañana, cosa que
nunca me pasa, pero la verdad estaba tan calentita en la
cama que me trague el despertador.
Claro que toda la noche lloviendo y la verdad mucho frio pues
no hacia, pero estaba en la gloria, ademas el perro a mi lado
lado echo una rosquilla no he podido sacarle, yo digo que penso
sal tu que yo ni de coña asomo el morro. En fin cosas del tiempo
ya como es normal suele hacer frio y no sale tanto.
Pasen feliz dia, sean felices y disfruten de la vida lo merecen.
Zara
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