En estos últimos tiempos donde las señales de la venida de nuestro Señor Jesucristo están latentes, su iglesia y aún el mundo siente que su venida está cerca por todos los acontecimientos que están sucediendo en el planeta; y en medio de todo esto Dios está preparando a sus siervos para la última cosecha de almas, aunque no sabemos el día ni la hora en que ha de venir el Señor Jesucristo a llevar su iglesia, pero su pueblo debe estar preparados para su venida y para esto Dios necesita siervos llenos de amor, misericordia, obedientes a la guía del Espíritu Santo, fervientes en el servicio; responsable en el cuidado de las almas, con buen testimonio para que la palabra de Dios no sea blasfemada y no avergüencen el evangelio, y es por esta causa que Dios está abocado a preparar, edificar y capacitar a sus siervos quienes serán los que llevarán la obra de Dios adelante con éxito.
¿Qué clase de siervos quiere Dios para estas generaciones venideras?, leamos la palabra de Dios: Tito 1: 6-9 “El que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución, ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de si mismo”.
Conforme a la Palabra de Dios, no todos están capacitados para ser verdaderos siervos de Dios, pero no hay ningún impedimento que obstruya la preparación para aquellos que son llamados al servicio de Dios; así como un líder no nace, sino que se hace, capacitándose y formándose para su liderazgo, así los siervos de Dios no nacen, sino que son llamados por Dios y el mismo es quién los moldea, los forma y capacita; Dios es el arquitecto que va edificando el edificio que está fundado en la roca que es el Señor Jesucristo y va creciendo hasta llegar a ser lo que Dios a dispuesto para cada uno de ellos.
Como pastores, líderes, maestros y colaboradores de Dios edificamos en cada uno de los creyentes casa sacerdotal fundada sobre la roca, y sobre este único fundamento edificamos sus vidas en Cristo Jesús, 1 Corintios 3:5- 9 “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”.
Dice la palabra:
a- “El que fuere irreprensible” 2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”, significa, que no merece reprensión, no hay nada de lo que le puedan acusar, que es aprobado en todo, que es de buen nombre, verdadero, digno de alabar, ejemplo de buenas obras; si Dios nos aconseja que seamos así es porque es posible serlo o por lo menos debemos intentarlo cada día para agradar al que nos llamó a una vida santa; como administradores de Dios tenemos la obligación de hacer prosperar la herencia que Dios ha puesto en nuestras manos que son las riquezas espirituales que ha derramado en nuestras vidas, como talentos, dones, ministerios.
b- “marido de una sola mujer”, el hombre que desea obispado debe tener su propia esposa en santidad y honor, 1 Tesalonicenses 4:12, el hombre de Dios debe tener puesto su corazón, sus pensamientos, sus deseos y sus ojos puestos solo en su esposa, no desear como Adán la fruta prohibida por la cual le condujo a la muerte espiritual, no solo al él, sino a todas las generaciones venideras; Dios escoge la mejor esposa para su hijo, conoce su necesidad y la suple.
El hombre no debe apresurar los tiempos de Dios sino que debe esperar en su voluntad, hay quienes se apresuran y quieren tomar lo que no les corresponde y pierden preciosas promesas de Dios; la equivocación acarrea dolor, perdida de ministerios, fracasos, sufrimientos, destrucción; cuantos son los matrimonios separados y destruidos a causa de querer elegir por si mismo sin conocer la voluntad de Dios.
El que ama a su esposa a si mismo se ama, porque nadie aborreció jamás a su propia carne sino que la sustenta y la cuida, Efesios 5: 21-31; el hombre de Dios nunca agravia, insulta, avergüenza, humilla a su esposa, sino que la debe cuidar, alabar, alagar, respetar, defender, honrar y exaltar las virtudes de su esposa.
Así mismo la mujer tiene el mismo cuidado para con su esposo, el hombre es la cabeza de la mujer y por lo tanto debe estar sujeta a su esposo, amarlo, honrarlo y respetarlo; en el mundo se están perdiendo los valores morales, familiares, matrimoniales; en hogares donde no hay respeto entre los conyugues se pierden el control y la autoridad sobre los hijos, los hogares que no han sido formados bajo las normas correctas de convivencias, son hogares destruidos por el enemigo, con padres adúlteros, violentos, sin amor, sin respeto, golpeadores, agresivos, etc.
c- “y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución, ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible” Salmo 127:3 “He aquí herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”; lo correcto sería que los padres tengan el control sobre sus hijos, pero esto no pasa siempre en los hogares; los padres están perdiendo autoridad sobre los hijos, hogares destruidos por la falta de sujeción, rebeldía, libertinaje y la permisividad de los padres.
Como herencia de Dios debemos cuidar nuestros hijos, protegerlos, corregirlos, disciplinarlos, no enseñorearnos de ellos sino guiarlos por el camino santo de la verdad para que reciban la herencia prometida de salvación y vida eterna; Proverbios 29:15 “La vara y la corrección dan sabiduría…..”, nuestra mano siempre debe estar firme para corregir a nuestros hijos, Hebreos 12:6 “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”; el dolor causado por la reprensión y la disciplina a su tiempo dará buenos frutos en nuestros hijos, Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino. Y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”. Sembremos en nuestros hijos lo mejor de cada uno de nosotros, no dejemos nunca de corregirlos y guiarlos pues si no lo hacemos nosotros, otro será quién lo haga y ese es el enemigo quién los guiará al camino de la perdición y muerte eterna; no juguemos con la vida de nuestros hijos, a Dios tendremos que dar cuenta de ellos pues no son nuestros, sino que son un don de Dios puesto en nuestras manos; la guía y la dirección que reciben los hijos en el hogar deciden el curso para toda su vida, Proverbios 13:24 “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama; desde temprano lo corrige”.
d- No Soberbio, significa: No elevación del ego, no apetito desordenado y desenfrenado para ser preferido sobre otros; se dice de quién menosprecia a los demás creyéndose en superioridad, exceso de la magnificencia, suntuosidad o pompa, que le trae aparejado la ira, cólera, acciones desmedidas, arrogancia, altivez, desordenes, violencia, agresividad y mucho mas, Santiago 4: 5-6 “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero el da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”, Proverbios 16:5-6 “Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune. Con misericordia y verdad se corrige el pecado. Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”.
e- No Iracundo; Iracundo significa: Enojo contienda, pelea, propenso a la ira, rencilla, disensiones, discordia, deseo de venganza, repeticiones de acto de saña; Saña: significa “Sangre corrompida, furor enojo ciego, intensión cruel y rencorosa”; muchos son los que dicen: “Me la vas a pagar, le pagaré el doble, me las voy a cobrar”, Mateo 12:34 “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”, estos son dichos que salen de un corazón todavía no santificado, no solo que lo piensan, sino que lo dicen, lo mastican y muchas veces lo terminan ejecutando; de una u otra manera se vengan, los espíritus inmundo que se mueven en estas vidas rencorosas son el espíritu de falta de perdón, de celos y de envidia; cuidado, no hagamos lo que no queremos que nos hagan, que nuestras palabras y nuestros dichos sean de edificación para el oyente y de bendición; dice la palabra que si nos pegan en una mejilla, pongamos la otra, que tenemos que perdonar setenta veces siete por día, si no perdonamos, nuestro Padre tampoco nos perdonará, santifiquemos cada día nuestro corazón a la luz de la Palabra.
f- No dado al vino; no somos privados de tomar bebidas alcohólicas, si, que nos pasemos de la medida; cada uno conoce su medida, y debe controlar sus impulsos cualquiera sea la adicción, el hombre tiene el control sobre su persona, el vicio no puede dominar a la persona sino la persona al vicio, los siervos de Dios deben ser muy cuidadoso en esto pues los ojos del mundo están puesto sobre ellos, unas copas de mas pueden empañar nuestro testimonio, Proverbio 20:1 “El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora. Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”.
g- No pendenciero; significa: camorrero, peleador, busca lío, si no lo hubiere los encuentra, Proverbios 14:17 “El que fácilmente se enoja hará locuras…”; el siervo de Dios debe controlar sus impulsos, debe esperar el momento oportuno para hablar y descargar su corazón, ser paciente y tener mansedumbre, Efesios 4:26-27 “Airaos, pero no pequéis no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”; no sabemos la hora en que vendrá el Señor a llevarnos a su presencia, antes de ir a la cama solucionar todos los problemas, si viene el Señor nuestro corazón este limpio y así seremos levantados en gloria para la eternidad; dos son los que se necesitan para pelear, Dios siempre encuentre uno que sea sabio y entendido para apaciguar el enojo y las discordias por las cuales el enemigo hace estragos en las vidas y en los hogares, Proverbios 15:1 “La blanda respuesta aplaca la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor”.
h- No codicioso de ganancias deshonestas: Muchos de los siervos de Dios se han desviado de la sana doctrina por esta causa; las riquezas que provienen de Dios permanecen y serán multiplicadas, mas las que provienen mal habidas serán desperdiciadas, Eclesiastés 5:19 “Asimismo, a todo hombre a quién da Dios riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es un don de Dios”; las riquezas que provienen de Dios proveen al hombre bienestar, prosperidad, paz y gozo, mientras las riquezas mal habidas proveen al hombre dolor, quebranto, pobreza, aflicción y pesadumbre a su alma.
i-Sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de si mismo; muchos han hospedados ángeles sin saberlo, las puertas de nuestro hogar debe estar siempre abiertas para todos aquellos que Dios envía para albergarlos en nuestro hogar, no para cualquiera debemos recordar que en nuestro hogar mora el Espíritu de Dios y debemos cuidarlo no dejarlo contaminar.
Amante de lo bueno; Sobrio, justo, dueño de si mismo: Los siervos de Dios deben ser prudentes, cautelosos, equilibrados, rectos, verdaderos, sinceros, sin hipocresía, sin falsedad, piadosos, debe tener conducta, control emocional, equilibrio disciplinado de los sentimientos y voluntad.
Prudentes; significa que obra juiciosamente, que sabe discernir, posee moderación templanza, mansedumbre; Pablo enseña y quiere significar en las cartas a Tito y Timoteo, que sean prudentes, que resistan a la tentación y al pecado, que lleven una vida gentil pero fuerte, capaz de resistir al enemigo en la influencia de las pasiones carnales.
Dueño de si mismo: Que por nada, ni nadie sea movido de sus convicciones, el hombre o mujer de Dios, dueños de si mismo sabe quién es, donde esta parada y donde quiere llegar, examina sus pasos y sus caminos, y cuida de no resbalar, agradando en todo a aquél que lo llamó a una vida santa para el servicio en su obra.
J- Retenedor de la palabra fiel tal como a sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”, Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores de la palabra, engañándoos a vosotros mismos”, “El temor de Dios es el principio de la sabiduría”, el que teme a Dios ama su palabra, el que ama su palabra le obedece y se aparta del mal; el consejo de Dios es que su palabra more en abundancia en los corazones, Colosenses 3:16; la palabra de Dios es viva da vida, poder, autoridad, hará que los creyentes sean alumbrados por ella y la misma Palabra con el poder del Espíritu de Dios expulsará y destruirá el pecado, la tentación y toda obra de maldad que pueda existir en los corazones, Juan 8:31-32 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad, os hará libres”. Si ponemos por obra su palabra, no nos dejará hacer lo que queremos sino lo correcto según el consejo de su palabra; ¿Quién nos podría exhortar si no tuviera buen testimonio? El buen testimonio habla por si mismo, y por sus frutos seréis conocidos, Mateo 7:18-20.
Eclesiastés 12:11 “Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un pastor”, ¿Quién no se clavo un clavo en su pie?, es doloroso, lleva tiempo para que el dolor mengue, así sea la corrección dada para la edificación del cuerpo; dice la Palabra: Sin corrección y guía el pueblo se desenfrena, Proverbios 29:18 “Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado”, son dolorosas las lecciones enseñadas por los maestros acerca de la vida, pero a su tiempo veremos los frutos dignos de arrepentimiento que dan aquellos que con mansedumbre reciben la palabra implantada en sus corazones.