Un cambio de actitud
1ra. a los Corintios Capítulo 2-1/5
2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 2:3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Todo el capitulo es hermoso y encontramos en el mucha enseñanza para nosotros, pero hoy me he detenido a meditar en un punto en particular, la actitud de Pablo. El era un hombre muy preparado , de pequeño habia sido instruido en lengua aramea, luego al crecer leía en hebreo ya que su familia era Judia, en su juventud tambien aprendió griego. Habia aprendido a guardar celosamente la ley y cumplia con las tradiciones, y poseía firmes convicciones. Habiendo sido instruido por los rabinos conocía a fondo el Antiguo testamento, aprendió un oficio y además se sentía muy identificado con los fariseos y llegó a ser un acérrimo perseguidor de los seguidores de Jesús. Podríamos pasar horas explicando todo lo que el se había preparado, pero ese no es tema de hoy. Cuando llegó a tener un maravilloso encuentro con Cristo todos sus argumentos y convicciones se derribaron juntamente con el al caer de su caballo a los pies de Cristo. Pablo se presenta ante los Corintios con una actitud de sometimiento a su Señor, el hidalgo soldado pasa a ser siervo, desechando todo lo aprendido antes, no quiere sobresalir, ni hacer alarde de su humana sabiduría, ni de su excelencia para expresarse, con la que fácilmente podría convencer a los oyentes sin embargo se había propuesto no saber otra cosa que la obra de Cristo en la cruz. Su meta ante ellos no era persuadir ni convencer, sino que ellos sientan el poder del Espíritu y hablaba con temor y temblor predicando a Cristo crucificado, su interés era hablar de Cristo, había sido convertido al Señor y ahora quería que todos lo conocieran y fueran también realmente convertidos, no convencidos por su palabra sino por el poder del Espíritu. Para que la fé de ellos este fundada en el poder de Dios, esta actitud de Pablo nos da una tremenda lección que no debemos olvidar cada vez que estemos predicando, permitir que nuestra actitud como siervos sea que el Señor sea exaltado y se glorifique en nosotros y en quienes oyen su palabra. Había entendido totalmente cúal era el plan y la voluntad de Dios, lo entendimos nosotros?
Padre amoroso, te rogamos que nos enseñes a ser siervos como los que tú necesitas, a predicar a Cristo crucificado, a que tu hables por nuestros labios y obres con tu poder en las vidas liberando y derribando argumentos, en el nombre de Jesús, amén.
Dios te bendiga
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