Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá,y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Isaías 62: 4
Estos últimos meses han sido un poco oscuros para mí. A pesar de todo, he intentado ver la luz, buscar la luz preciosa de mi Amado Jesús y hallar consuelo para mi alma en su amor y misericordia. Me he resguardado bajo la sombra de sus alas (Salmos 91:1) y me he alimentado de su palabra de amor y sabiduría. Día tras día he recibido nuevas fuerzas, aun así al final de cada uno, se me han agotado, Dios me ha dado las fuerzas suficientes para continuar, pero también regresar ante el en busca de más. (Jeremías 3: 23-24)
En medio de todo esto, he desarrollado una dependencia, dependo de Él para levantarme todos los días en la mañana, para enfrentar mi realidad y ser capaz de declarar Victoria en mi vida, dependo de Él para todo, y me he visto resguardada en sus múltiples promesas, he visto como mi cuerpo y alma recibe nuevas fuerzas, como mis afanes se sosiegan con sus palabras y ternura.
Durante el transcurso de estos días, he vivido tantos sentimientos encontrados, alegría y desgano, paz y angustia, han sido momentos de desacierto y momentos de seguridad. A pesar de todo, ayer fue especial, la tarde de ayer fue una muy cargada para mí, sentía mucho dolor y angustia dentro de mi corazón. Estoy enteramente consciente de que por lo que estoy pasando, jamás se compara a lo que pasó El en esa cruz, una cruz que cargo con amor para ti y para mí. De todas formas no soportaba mi dolor, quería que se fuera, quería salir corriendo y gritar, llorar de dolor y angustia, pero más que nada quería arrodillarme a sus pies y llorar, llorar hasta que no salieran mas lagrimas.
Mientras oraba, mientras le rogaba por su protección, por su amparo y su fortaleza, yo sé que El intercedía por mí. Mientras yo rogaba por nuevas fuerzas, por una renovación de ánimos y espíritu, El iba delante del Padre y le presentaba mi alma sedienta en intercesión. Ayer, recibí nuevas fuerzas, hoy, recibí nuevas fuerzas…mañana, recibiré nuevas fuerzas, lo declaro, soy testigo de estas palabras, creo en ellas fielmente. (Isaías 40:31)
Jesús puede parecer estar lejos, oculto en medio de mis problemas y tempestades, pero El siempre esta ahí. En medio de todo el permanece intercediendo y rogando por nosotros, buscando nuestra protección, lavándonos con su sangre. (Juan 14: 14-15)
En su palabra nos lo dice de tantas formas…una vez lo aceptamos, ya no seremos “Desolados” mucho menos nos dirán “Desamparados”. Cuando abres tu corazón a Él, cuando rogamos por su protección somos llamados Hefzi-bá, porque su amor estará con nosotros, su deleite estará en nosotros. Su deleite esta en ti hijo e hija de Dios, su deleite está en mi y en ti. Cuando nos postramos ante El, nos humillamos en ruego y oración, su deleite esta en bendecirnos, en renovar nuestras fuerzas y nuestros ánimos.
Extraido de la red.... para compartrlos.
Un abrazo.