Querido amigo, Dios ha provisto todo lo necesario para una nueva vida a través del nuevo nacimiento, “No queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). En la segunda epístola a los Corintios 6:2, el apóstol Pablo nos dice, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud.” Dios nos ha dado a su Hijo unigénito…(Juan 3:16) para que cada hombre, mujer y niño pueda estar asegurado de la vida eterna. Ahora es tu tiempo de responder a la pregunta más importante que te hacemos:
¿Has Nacido de Nuevo? Si no lo has hecho, entonces, “No puede ver el reino de Dios” Juan 3:3
Jesús dijo, “..De cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios”(Juan 3:3) más adelante, en Juan 14:2 Jesús les dice a sus discípulos, “En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” La Biblia nos asegura de que hay un cielo, pero también nos asegura de que hay un infierno. En el libro de Apocalipsis 20:15 leemos, “Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego.” Esta es la muerte segunda. Dios no quiere que nadie pase la eternidad en el infierno. “No queriendo que ninguno perezca” (2 Pedro 3:9).
En primera de Juan 5:13 el Apóstol escribe, Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de dios, para que sepáis que tenéis vida eterna…”
¡Dios ha provisto todo lo necesario para que obtengas vida eterna, y te asegura que pasarás con El en el cielo! En el libro de los Hechos 8:30-31 , la Biblia nos relata la historia de Felipe y el eunuco de Etiopía y como le oyó que leía al profeta Isaias. “Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaias, y dijo: Pero, ¿entiendes lo que lees? Y él dijo, ¿Como podré, si alguno no me enseñare?”
Este folleto está diseñado para “Guarte a toda verdad” (Juan 16:13) y con la esperanza de que tú decidas nacer de nuevo, para que un día, muy pronto, puedas ver el reino de Dios.
“Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios..” (Isaias 59:2)
“Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras” (Salmos 145:17). Dios no puede tolerar pecado porque El es sagrado, El es completamente sin error. El pecado es totalmente extraño y abominable para Dios.
Mucha gente hoy en día , piensa del pecado como si fuera un tipo de crimen. Pero hay una diferencia; un crimen en contra de la sociedad es un pecado (ofensa) en contra de Dios. La Biblia nos enseña en Santiago 2:10, “Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos.” Aún siendo una persona muy moral, la Biblia dice “Como está escrito: No hay justo ni aún uno…Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de dios” (Romanos 3:10,23).
¿Que es lo que nos hace ser pecadores? “De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así paso a todos los hombres, pues que todos pecaron” (Romanos 5:12)
Pero tu dirás; yo siempre he guardado los mandamientos, ¿no crees que es suficiente? “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicias” (Isaias 64:6)
¿Cuál es el resultado final del pecado? “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23)
Algunos dirán, pero yo voy a mi sacerdote para confesar mis pecados. “Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (Ira. Timoteo 2:5)
Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41)
La Biblia nos dice que el infierno es un lugar muy horrible, lleno de angustia que sobrepasa mas allá de la comprensión humana, Jesús les dijo a sus discípulos, en Mateo 13:41-42, “Enviará el Hijo del hombre sus ángeles, y recogerán de su reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”
¿Qué le sucede a una persona que no es salva después de la muerte? “Ponerlos has como horno de fuego en el tiempo de tu ira; Jehová los deshará en sus furor, y fuego los consumirá” (Salmos 21:9)
“Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida” (Juan 8:12).
“La sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7).
En el Antiguo Testamento, un cordero sin mancha alguna, era usado como sacrificio para pagar por el pecado. Era la sangre del cordero la que limpiaba a la persona de su pecado. Cuando Juan el Bautista vió a Jesucristo por primera vez, el proclamó; “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan1:29)
Jesucristo fué el final y último sacrificio para pagar por el pecado del hombre para toda la eternidad.
¿Qué nos limpia de todo pecado? “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7)
¿Hay algún otro pago por el pecado? “Y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).
¿Puede pagar por el pecado por siendo una buena persona? “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
¿porqué dió Jesús su vida por ti? “Porque Dios no envió su Hijo al mundo para condenar al mundo; sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17).
¿Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
¿Cuál es el mayor amor de todos? “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).
¿Es el amor de Dios para todo el mundo? “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
¿Cuáles son las condiciones de Dios para obtener vida eterna? “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
¿Ha rehusado Dios a alguien que se arrepienta y crea? “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
La Biblia nos dice en Segunda Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Cuando una persona acepta a Jesucristo como su Salvador, ha nacido de nuevo espiritualmente y se hace miembro de la familia de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, dioles poetestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Juan 1:12)
Hay cuatro pasos a tomar, necesarios para el nuevo nacimiento. Cada uno de estos pasos es muy importante.
Para ayudarte a comprender mejor, los vamos a describir como sigue:
Tu tienes que arrepentirte:
Arrepentirse es volverse atrás de nuestros pecados y pedir perdón a Dios. “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión” (Proverbios 21:2). “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento…” (2da. Corintios 7:10). Tienes que reconocer ante Dios que eres pecador y que mereces nada menos que el infierno como paga del pecado. “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23).
“Os, digo: No; antes si no os arrepentís, todos perecereís igualmente” (Lucas 13:3)
“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestro caminos mis caminos, dijo Jehová” (Isaias 55:7-8)
Tu tienes que creer
Creer en Jesucristo es más que creer que El existe. La Biblia nos dice, “…Los demonios también creen y tiemblan” (Santiago 2:19). El creer verdaderamente es poner tu completa confianza en El para que te salve de tus pecados. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Tú tienes que creer con todo tu corazón que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que El murió en la cruz para salvarte de tus pecados. “Que si confesares con tu voca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia…” (Romanos 10:9-10a).
Tu tienes que pedir o invocar:
“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). Invocar al Señor es simplemente hacerle petición o implorar a Cristo para perdón de tus pecados y que te salve de una eternidad en el infierno. Tiene que orar y pedir que Jesús haga estas cosas. “…Pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10b)
Tu tienes que recibir:
Para que tú recibas algo, primeramente tiene que ser ofrecido o enviado. La salvasió es un regalo de Dios que se te es dado gratuitamente. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23)
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)
Pero, como cualquier otro regalo, en realidad no es tuyo hasta que lo recibas. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
¡Tú tienes que orar y decirle al Señor que tú deseas recibir el maravilloso regalo de la vida eterna! La Biblia nos dice que tenemos que escoger: O le sirves a Dios, o renuncias a Dios. En Josué 24:14-15 leemos; “Ahora pues temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad;… Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis…”
Tú has llegado a un punto en tu vida donde tienes que hacer una decisión; de aceptar o renunciar a Jesucristo el Señor. Si tú escoges aceptar su pago por tu pecado, entonces simplemente inclina tu cabeza y ora. Dile Jesús en tus propias palabras que tú estas sentido (arrepentido) de tus pecados y pídele que te perdone y te salve del infierno. Dile que tú estás dispuesto a recibirle como Señor y Salvador y quieres aceptar el regalo de la vida eterna. Recuerda que Jesucristo no rehusa a nadie que se arrepiente y cree. “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mi, y el que a mi viene, no lo echo fuera” (Juan 6:37).
“Mas el que me oyere, habitará confiadamente, y vivirá tranquilo, sin temor del mal” (Proverbios 1:33)