TORMENTA
Me ha pasado que a veces canto distraída mientras hago los quehaceres de la casa, pero no escucho realmente con profundidad lo que canto hasta que Dios me quiere hablar. Dios es Dios, Él hace las cosas a su manera y le habla a la gente de la forma que a Él le plazca: sueños, visiones, con voz audible, por predicas, mediante Su Palabra, etc.
Pero hoy me ha pasado algo muy particular, estaba cantando una canción en ingles que se llama “Te orare en la tormenta”, pero nunca habia prestado realmente atención a lo que dice la canción hasta que escuche solo una frase que decía “apenas pude escucharte susurrar a través de la tormenta: ESTOY CONTIGO”
Me puse a meditar en esto, y muchas veces estamos en el medio de una tormenta de problemas en nuestras vidas que estamos varados en el medio de todo. Nos sentimos solos, desalentados, y los problemas hacen tanto ruido en nuestra cabeza que cuesta escuchar la voz de Dios y encontrar su Paz.
Jesús nos dijo en Mateo 28:20 “He aquí Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” y Números 23:19 nos dice “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará?; habló ¿y no ejecutara?”
Cuando estemos en los peores problemas, en el medio de la tormenta espantosa, esa que da hasta miedo y nos asusta, esa tormenta que nos desgana, que nos saca las fuerzas, que nos tapa todo el horizonte y no nos permite ver más allá, recordemos lo que nos dijo Jesús, El no miente. Solo volteemos la vista y lo veremos atrás nuestro guardándonos de todo mal. Pidámosle ayuda, le recordemos Su palabra, clamemos a El por paz en la tormenta, por fuerzas para no desmayar, por valentía para hacer lo que nos mando. Y solo escucharemos “tranquilo, no desmayes, ESTOY CONTIGO”
No hay nada más alentador que escuchar esas palabras en que salen de Su boca y llegan a nosotros trayéndonos tranquilidad, paz, gozo, amor y nuevas fuerzas.
Les animo a orar en el medio de los problemas mas difíciles, con Fe, confiando en El y veremos como con una sola orden de su boca, calma la tormenta.
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