¡Derriba ese muro!
".SANARÉ TUS HERIDAS." (Jeremías 30:17)
¿Has levantado un muro alrededor de ti, pensando: 'Si no dejo que nadie se acerque, no me herirán'? Ésa no es la solución, porque ese mismo muro que te separa de los demás te encarcela.
El Señor quiere ser tu protector, pero no podrá serlo si te empeñas en protegerte a ti mismo.
Dios no te prometió que nunca sufrirías, pero sí que te sanaría si acudes a Él en lugar de tomarte la justicia por tu mano.
Si has levantado un muro a tu alrededor por temor, lo podrás derribar con fe.
Acércate a Jesús y preséntale todas tus viejas llagas para que recibas su sanidad.
Cuando alguien te lastime, no dejes que se infecte la herida, sino llévasela en oración al Señor y disponte a resolver las cosas a su manera, no a la tuya.
Medita en lo que Dios dijo a su pueblo y recíbelo como una promesa para ti: "Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová, porque "Desechada" te llamaron, diciendo: Ésta es [pon aquí tu nombre] de la que nadie se acuerda" (Jeremías 30:17).
No sólo te repondrás de esa aflicción, sino que saldrás fortalecido y podrás ayudar a otros. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios"
(2 Corintios 1:3-4). Vamos, ¡derriba ese muro!