la plenitud de la bendición de Cristo
Por David Wilkerson
“Y se que cuando vaya a vosotros, llegare con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.” (Romanos 15:29).
Pablo escribió estas palabras a los cristianos en Roma. Él les estaba diciendo, “No tengo duda que cuando me encuentre con ustedes, será en la mayor medida de la bendición de Cristo.”
Las palabras de los apóstoles aquí implican algo que cada creyente debe saber. Esto es, que existen varios grados o medidas de la bendición de Cristo. Algunos creyentes obtienen una medida plena de esta bendición, lo cual es la meta. La intención es que todos lleguemos a una medida plena de la bendición del Señor Aun otros cristianos entran a solo una pequeña medida de la bendición de Cristo.
En su carta a los efesios, Pablo anima a todos a buscar una medida plena de la bendición: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Efesios 4:7,13; 3:19).
Note la palabra “plenitud” en estos pasajes. La palabra griega que Pablo usa aquí significa “terminar la tarea de llenar por completo.” Esa es la tarea que Dios nos ha dado: perseguir la llenura de la bendición de Cristo en nuestras vidas.
Pablo elabora en esto, escribiendo, “…un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos, y en todos.” (Efesios 4:5-6). En resumen, Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo habitan en todos sus hijos. Jesús prometió, “…vendremos y haremos morado en él.” (Ver Juan 14:23). Pablo aclara que todos tenemos el mismo acceso al Señor. Por lo tanto, todos tenemos la misma oportunidad de obtener su siempre creciente bendición. Por cierto, nuestras vidas deben incrementar continuamente en lo que Pablo llama, “la bendición de Cristo.”
Considera la increíble medida de la bendición de Cristo en la vida de Pablo. Este hombre recibió revelaciones personalmente de Jesús. Él escribe que Cristo se le revelo a él. Por supuesto, que Pablo sabia que no había alcanzado la perfección. Pero el también sabia, sin duda, que no había nada en su vida obstaculizando ese fluir de la bendición de Cristo.
Por eso es que Pablo podía decir, “Y sé que cuando vaya a vosotros, llegare con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.” (Romanos 15:29). Él tenia una confianza santa en su caminar con Cristo. Él declaro, “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.” (Hechos 24:16). Pablo estaba diciendo, en esencia, “Mi vida es un libro abierto ante el Señor. No tengo pecado escondido en mi corazón, y el no tiene controversia conmigo. Y su bendición hacia mí es un continuo fluir de revelación. Así que cuando les predico a ustedes, ustedes no escuchan las palabras de los hombres. No les di un sermón muerto lleno de teología ingeniosa. Lo que ustedes oyen son las mismas palabras del corazón de Dios a ustedes.”
Ves, la plenitud de la bendición de Cristo tiene poco que ver con bienes materiales. Por supuesto, toda buena salud y recursos terrenales deben verse como bendiciones de la mano de Dios. Pero Pablo habla de una bendición mayor aquí. La palabra griega que él usa para bendición significa “la mención de Dios,” o su “Bien hecho.”
En resumen, la bendición de Cristo significa teniendo una vida que complace al Señor. Es un conocimiento interno del Espíritu Santo que mientras Dios mira en tu vida, el dice, “Estoy complacido contigo, mi hijo, mi hija. No hay nada entre nosotros que obstaculiza nuestra comunión y relación.”
El escritor de Hebreos resume la plenitud de la bendición de Cristo de esta manera: “Y el Dios de paz que resucito de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos” (Hebreos 13:20-21).
Me encanta estar alrededor de gente que vive esta clase de vida en Cristo. Ellos tienen a su alrededor el aroma de haber estado con Jesús. Como Pablo, estos santos tienen una insatisfacción divina con esta vida, un ansia de estar en la presencia de Cristo, un hambre por obtener mas y mas intimidad con el. Ellos hablan mucho de Jesús y rebozan de su amor y santidad.
Tales personas disfrutan la vida, pero evitan toda conversación necia. Ellos viven totalmente separados de las cosas de este mundo. Y el favor de Dios es evidente en sus vidas y en sus familias. Ellos pueden ser pobres, pero sus vidas están plenamente bendecidas por el Señor.
No me tome a mal: estos creyentes sufren como todos los demás. Ellos pasan por temporadas de pruebas y tribulaciones severas. Pero, como Pablo, aunque puedan ser derribados, ellos no son destruidos. Y ellos nunca se dan por vencidos. Ellos han determinado terminar su caminar con fe y ministerio en una forma que son agradables a Dios.
El propósito de este mensaje es descubrir lo que obstaculiza nuestra entrada dentro de la plenitud de la bendición de Cristo.
nuestro Señor nos ha hecho más que vencedores. Esa es su última palabra sobre el tema. Así que ponte de pies y pelea. Y permite que el te lleve a la plenitud de su bendición.