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General: -- Uvas --
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De: ** Genesis **  (Mensaje original) Enviado: 02/10/2011 03:37

Uvas

“Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo...” (Nm. 13:23a). ¡Se trataba de un racimo gigante de uvas! Pero tal abundancia no era cosa rara en los viñedos siendo los mismos tan importantes a las personas de los tiempos bíblicos. Lo primero que Noé planto después del diluvio fueron uvas. Las uvas se comían frescas o secas, como pasas, tal como hacemos hoy. La mayoría de las cosechas de los viñedos las transformaban en jugo, vino y vinagre, aunque también se hacían tortas de uvas. Una razón de por qué esta fruta deliciosa fue tan importante en la dieta de hace miles de años, era debido a su alto contenido en boro, un mineral que ahora sabemos ayuda a prevenir la osteoporosis. El boro se vende ahora como suplemento dietético en las tiendas de productos naturales. La gente del tiempo bíblico tenía que obtenerlo a través de las frutas y alimentos que consumían.

Una taza de uvas crudas, por ejemplo, contiene sólo 58 calorías; unos minúsculos 0,3 gramos de grasa; cero colesterol y vitaminas A, B y C. Las uvas, además del boro, tienen minerales como calcio, potasio y zinc. Ayudan a combatir las caries dentales, a detener los virus y son ricas en otros ingredientes que muchos investigadores creen que ayudan a detener el cáncer.

Los científicos hoy al examinar las uvas han descubierto que contienen unas sustancias llamadas polifenol y tanina, las cuales son prometedoras como agentes en contra de virus y tumores. Recientemente un grupo de científicos canadienses informó que en pruebas de laboratorio realizadas en probeta, se descubrió que las uvas destruyeron virus causantes de enfermedades. Para probar su potencial, examinaron uvas, jugo de uvas, uvas pasas y los vinos blanco y rosado. Le añadieron ciertos virus a un extracto de la uva hecho de pulpa y cáscara; otros virus al jugo de la uva y mezcla de uvas pasas; y un tercer grupo de virus a los vinos. Las tres sustancias aparentemente combatieron en forma efectiva los virus. Las uvas fueron especialmente potentes en contra de los virus que causan la polio y el herpes simple.

Los expertos creen que esto se debe a que las uvas contienen tanina, un agente en contra de los virus que es absorbido directamente por el tracto intestinal en donde provee el mayor beneficio. La tanina de las uvas puede sobrevivir a la digestión y circular rápidamente a través del torrente sanguíneo, tal vez atacando los virus. El jugo de uvas también mata las bacterias y restringe dramáticamente las caries dentales. Las uvas contienen niveles extraordinariamente altos de ácido cafeico, el cual ha demostrado ser una sustancia fuerte en contra del cáncer. Las pasas, que son uvas secas, fueron asociadas definitivamente con la reducción en la tasa de muerte por cáncer, entre un grupo de ancianos.

En los tiempos bíblicos, las uvas proveían todos estos beneficios para la salud, aunque las personas no lo sabían, lo único que comprendieron fue que eran deliciosas y buenas para comer frescas, secas, en jugos, fermentadas convertidas en vinos o hervidas con miel y transformadas en jalea. Durante esos primeros tiempos, los antiguos hebreos hacían melaza de uva, muy similar a nuestras jaleas, pero sin los preservativos artificiales ni los azúcares procesados que encontramos en muchos de los productos actuales.

El vino hecho de uvas es uno de los artes más antiguos y ciertamente parece que el vino era la bebida favorita en los tiempos bíblicos. Según el libro de Génesis, una de las primeras cosas que hizo Noé después del diluvio fue sembrar uvas para poder hacer vino: “Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña” (Gn. 9:20). Noé, sin embargo, ingirió mucho de esta bebida fermentada y se embriagó. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos, nos dan advertencias en contra del exceso de consumo de vino. Los investigadores ahora han redescubierto lo que los médicos de los tiempos bíblicos sabían desde hace siglos: que el jugo de uvas tiene un impacto profundo en nuestra salud.

Pablo ofrece una de esas primeras recomendaciones:

“Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino (de jugo de uvas) por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades” (1 Ti. 5:23).

• También dice en otra Escritura: “Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto (de zumo exprimido de uvas) (Gn. 27:28).

“Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñedos, y pisaron la uva e hicieron fiesta...” (Jue. 9:27a).

“Y el vino que alegra el corazón del hombre...” (Sal. 104:15a).

En la Tierra Santa el vino se usaba más que sólo para celebrar. Cuando se mezclaba con mirra, era una forma primitiva de anestesia que se empleaba en los campos de batalla para operaciones quirúrgicas y durante los alumbramientos. Los griegos y los romanos de ese tiempo usaban vino «...para regular la orina, purgar, matar las tenias, aliviar el insomnio y todas las enfermedades asociadas con el resfriado».

Además de todo eso había unos beneficios aparentemente terapéuticos que se entienden mejor hoy. El vino destruye rápida y eficientemente los virus y bacterias, y esteriliza el agua; ayuda a prevenir las enfermedades del corazón al elevar el buen colesterol y contiene otros ingredientes que sabemos que ayudan a combatir el cáncer. Usted no tiene que beber mucho jugo de uvas para recibir los beneficios. Muchos investigadores dicen que un solo vaso de jugo o una porción de vino al día, es suficiente para elevar el buen colesterol hasta en un 7%, además de ayudar al cuerpo a poner una barrera significativa en contra del cáncer.

Hace un siglo, los doctores en Francia notaron que durante una epidemia de cólera, las personas que bebían jugo puro de uvas o vino, parecían menos propensas a contagiarse de la enfermedad que quienes no lo hacían. Para hacer una prueba en contra del cólera y la tifoidea se le añadieron gérmenes de estas dos enfermedades a recipientes con agua, vino tinto o blanco y a una mezcla de vino con agua. De manera increíble, mientras los gérmenes en el agua, no sufrieron alteración alguna, los que estaban en el vino o en el vino diluido fueron exterminados en quince minutos. Los gérmenes de tifoidea en el vino duraron 24 horas antes de morir.

Desde entonces, se han llevado a cabo pruebas similares con los mismos resultados asombrosos, los gérmenes de cólera se destruyeron en 30 segundos a diez minutos. La bacteria E-Coli en 24 a 60 minutos y la E-Tifi en cinco minutos a cuatro horas. Para sorpresa de todos, el alcohol no fue un ingrediente efectivo como se sospechó en un principio. Resultó que el proceso de fermentación liberó polifenoles, componentes químicos que atacan la bacteria en la misma forma como lo hace la penicilina. Los investigadores dijeron que vino rojo diluido en una tasa de uno a cuatro con agua, tiene la misma potencia después de cinco minutos como cinco unidades de penicilina por milímetro.

El jugo de uvas puede también ayudar en los problemas del corazón. Un estudio de la Universidad de Otawa en Canadá concluyó que existe un vínculo claro entre el consumo de jugo de uvas y las tasas bajas en enfermedades del corazón. Personas que consumen altas cantidades de jugo de uvas casi no padecen de enfermedades del corazón.

Vale la pena hacer notar que el consumo de vino, de jugo fermentado, puede convertirse en una espada de dos filos. Para las personas mayores que tienen problemas al comer los alimentos debidos y así mantener la buena salud, una copa de vino puede estimularles el apetito, sin embargo, hace lo mismo para personas que están a dieta, así que si quiere perder peso, no tome vino. Las investigaciones actuales indican que beneficia la salud ingerir un poco de vino diario, pero todavía se aplica el consejo dado en la Biblia en Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.

 

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De: Dios es mi paz Enviado: 05/10/2011 00:08

 
 




 
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