UNAS PALABRAS PARA LOS INDIFERENTES
Es posible que ni seas un burlón ni un ateo. Crees que existe "una mano poderosa", pero no te interesa hablar de ello. Otras cosas, que tú consideras más importantes, ocupan tu atención. Pero, ¿hay algo más importante que tu felicidad y salvación eterna? Escucha, por favor:
¿Estás tan ocupado en tu trabajo. en tus diversiones, etc. que no te queda tiempo para meditar en tu relación con Dios? Cristo dijo para quién sólo piensa en comer, beber y prosperar: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has acumulado, ¿de quién será...? (Lucas 12:15-20).
¿Tienes miedo de buscar la Verdad por lo que digan los demás? Pues no olvides que "los cobardes" no entrarán a la presencia de Dios (Apocalipsis 21:8). Piensa un poco: "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?" (Mateo 16:26).
¿Te consideras una persona buena, que nunca hizo mal a nadie y que no tienes de qué arrepentirte? Dios dice que, entonces, vives completamente engañado porque "no sabes que tú eres un desaventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo" (Apocalipsis 3:17). Jesucristo dijo que sólo hay uno bueno: Dios (Mateo 19:17).
¿Practicas alguna religión y piensas que ese es el camino que te llevará a Dios? El apóstol Pablo, predicando en Atenas, dijo: "En todo observo que sois muy religiosos"; pero les demostró que su religión era producto de la "imaginación de hombres" (Hechos 17). Podemos ser muy sinceros en lo que creemos, pero estar equivocados. "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Proverbios 14:12). Pablo lo sabía por propia experiencia. El persiguio con celo a la iglesia de Cristo porque la consideraba una secta, una herejía hasta que, tocado por el amor de Cristo, se hizo la luz en su corazón y fue transformado en ferviente cristiano. Y eso, en sus propias palabras, "habiendo yo sido antes blasfemo; perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad" (! Timoteo 1:18).
Acepta, tú también, el amor y el perdón que Cristo te ofrece. Lee la Biblia; especialmente el Nuevo Testamento, donde encontrarás lo que debes hacer para salvarte (Hechos 2:37-47). Cuando hayas obedecido los mandamientos de creer, arrepentirte y sumergirte en las aguas "para el perdón" de sus pecados, Cristo te añadirá a Su iglesia (no una secta sino a la iglesia que El fundó) y serás la persona más feliz de la tierra. y estarás preparado para encontrarte con Dios en el cielo.