barcelona. Otra actuación estelar de Ronaldinho, que marcó un tanto y dio los otros dos, llevó al Barcelona hacia una nueva victoria en la Liga de Campeones, donde acabará como líder de su grupo pase lo que pase en la última jornada. El Bar챌a de hoy no fue el del Bernabéu, pero tampoco le hace falta jugar tan bien para demostrar su superioridad. Bastaron unas dosis de magia del astro brasileño para que los azulgrana noquearan a un Werder Bremen que, sin tener el balón ni controlar el partido, contragolpeó con peligro y dispuso de varias ocasiones claras.
El Balón de Oro tiene nuevo dueño, y Ronaldinho quiso dejarlo claro una vez más. El crack azulgrana se dedicó precisamente a eso, a teñir de oro cada balón que tocó. En la primera jugada del partido, una asistencia de Ronnie dejó sólo a Larsson, quien picó en exceso el esférico. En su segunda intervención, controló un balón en la medular y lanzó un pase de 40 metros a Gabri, que la bajó con el pecho y la cruzó con la zurda ante la salida de Reinke (1-0).
Ante el conjunto alemán, Gabri se estrenó como titular y también como goleador. Pero la entrada del canterano no fue la única novedad respecto al once del Bernabéu. El técnico holandés dejó en la grada a Messi y en el banquillo a Edmilson y a Eto'o, y dio entrada a Giuly, Motta y Larsson.
El Werder Bremen, con una defensa adelantada y un fútbol directo, intentó llegar con peligro al marco rival. Al cuarto de hora, Valdéz estuvo a punto de empatar, pero el portero azulgrana logró enviar el balón a córner. Poco después, el árbitro señaló un discutido penalti de Van Bronckhorst a Micoud que Borowski transformó en el 1-1. Y entonces volvió a aparecer Ronaldinho. El brasileño lanzó una falta envenenada que sorprendió a un desafortunado Reinke, quien se comió el bote del balón.
La segunda mitad arrancó con un juego embarullado por parte de ambos equipos pero, con el paso de los minutos, el Barca empezó a animarse. Un hiperactivo Oleguer empezó a prodigarse en ataque y a punto estuvo de marcar tras otro pase de Ronaldinho, lo mismo que Márquez.
Ronaldinho, en su enésima intervención, condujo un balón en la línea de tres cuartos, Larsson le marcó la diagonal y el brasileño, casi mirando al tendido, se la puso con milimétrica precisión a la espalda de los dos centrales. El delantero sueco esta vez no perdonó e hizo subir el 3-1 en el marcador.