Quiero confesar. - Web de Amigos de PerSeo

Quiero confesar hoy, que aún me embriaga su recuerdo. Mi cabeza es un remolino mezcla de verdes y rojos. Ojos de mar, labios en sonrisa distendidos. Miradas cómplices en batalladoras, amorosas y dulces noches. Quiero confesar que aún me duele el alma si miro su letra en aquellas cartas, si huelo su perfume que se desvanece con fuerza inusitada, arrastrado y expulsado hacia la nada por las manecillas del reloj de este tiempo material. Quiero confesar, además, de mi terror al olvido, será por eso que en estas tardes de invierno salgo a recorrer el viejo camino que me llevaba hacia el. A desandar lo ya andado, lo vivido, a contar cada paso menos los veinticinco entre la esquina de su casa y su puerta porque nada encontraré, sólo la garra que destroza mi pecho. Esa esquina que guarda cada uno de mis felices pasos y de los otros, no tantos. Su puerta de frío hierro y madera cálida, tan particular al tacto. Quiero confesar que extraño el humo del cigarrillo mezclado con el aroma del café hecho por sus manos y de sus manos las caricias que me envolvían el alma y de su alma la calidez que brotaba en sus palabras. Palabras de aliento de su tierna y deliciosa boca cuyos labios me brindaron los más cálidos y dulces besos...¡hoy los necesito tanto! Quiero confesar que nada es igual sin su presencia, aún al saberlo detrás de su puerta luego que los nones dieran paso al silencio, a pesar de la treintena de calles y del océano de distancia que luego nos separó. Pero, ¿qué puedo hacer o decir en este invierno que va desgranándose lentamente si su recuerdo aún me embriaga? No soy un habitante del pasado, pero en mi presente preveo un futuro plagado con sus recuerdos. Por eso hoy quiero confesar a quien quiera leerme que me duele en el alma su ausencia y aunque hace tanto tiempo de eso, le soy fiel, aún lo amo.