LA RANA Y EL VIEJO
>Iba un viejito por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz
>
>Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
>- "Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los
>placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me
>convirtió en rana, pero si me das un beso, volveré a ser quien era y te
>daré
>todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente
>concupiscencia pueden producir".
>El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo. Asoma la
>cabeza la ranita y le pregunta muy desconcertada:
>¿Qué? ¿No me vas a besar?
>- ¡No! -Respondió el viejecito
>- A mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una maniática sexual.
VISITA CONYUGAL
>Llega una viejita a la cárcel el día de la visita conyugal y le dice
>al guardia
>- Señor yo vengo a la visita conyugal.
>El guardia asombrado le pregunta: ¿Pero señora, con quién?
>- Con cualquiera, con cualquiera...