Normalmente al inicio de una relación en pareja el amor crece y el deseo de estar juntos permanece constante, sin embargo, con el tiempo parecería que ese cariño disminuye debido a que la frecuencia sexual baja, pero la especialista aclara que esto es normal en cualquier matrimonio que lleva una vida sexual activa, lo importante es la calidad y no tanto las veces con que se lleve a cabo.
Anabel Ochoa, sexóloga, comenta que la pareja actúa al revés en las relaciones sexuales, es decir, en los encuentros casuales actúan muy imaginativos, pero cuando forman una relación estable se vuelve muy aburridos y rutinarios.
"Esto es lo que yo llamo 'sexo pantuflero', el que se queda en pantuflas, rutinario, sin impacto y sin sorpresa, cuando debería de ser todo lo contrario, pues la pareja en la medida que tiene confianza su erotismo es todo su laboratorio de exploración mutua.
"Pues una persona que conocen en una sola noche no puede saber sus respuestas sexuales, porque hay diversidad en gustos; mientras a algunas les gusta hacerlo con expresiones dulces a otros les encanta la grosería, ya que es lo que los excita", explica. La relación sexual sólo se puede dar de manera feliz en el ámbito de la confianza mutua, agrega, la mejor medicina para el aburrimiento en la cama son los juegos y las fantasías, en donde la pareja no vea al matrimonio como una meta sino como el punto de salida de una carrera.
"Y es que mucha gente le echa muchas ganas en el noviazgo y luego que se casan y acaban con un sexo rutinario y una vida aburrida.
"Llegan a la cama con desánimo en vez de considerarla como un lugar maravilloso de encuentro, así como cuando eran novios, que de alguna manera imaginaban llegar a la cama como si fuera algo sorprendente", explica. "Pero cuando se hace rutinario se convierte en un camposanto o un cementerio más que un lugar erótico".
"No importa que disminuya la frecuencia pues es lógico, ya que por cuestiones químicas las feromonas (hormonas olfatorias) que despiertan al cerebro y actúan en la fase del enamoramiento no duran más de seis meses, es decir, el efecto químico de oler a alguien cuando estás enamorada y sientes que te vuelan mariposas en el estómago se satura en ese tiempo", comenta.
Deja de impactarte tanto, dice, que obviamente ya no puede sorprenderte de igual forma descubrir la desnudez de una persona al verle a tu marido las trusas que tú misma le compras porque están en oferta.
Igual sucede con las mujeres: cuando andan de novias salen guapas y arregladas, pero cuando se casan, asegura la sexóloga, el esposo las ve con la mascarilla de pepino en la cara, con tubos en la cabeza y para dormir usan pijamas de franela, porque tal vez son friolentas, o duermen con mameluco.
"Igual pasa con el esposo que duerme con calcetines, o cuando ninguno de los dos roncaba las primeras noches lo hacen después, pero todo esto es normal, no tienen de qué preocuparse; la frecuencia baja, sin embargo, puede aumentar mucho la calidad si lo desean, aunque baje la cantidad", afirma.
"Deben aprovechar esa confianza para hacer esas locuras juntos, explorar todo su campo y sus diferentes personajes, porque no sólo somos una sola persona, todos llevamos varios personajes por dentro".
De pronto la mujer puede ser la espía, la niña inocente, la rompecorazones, señora regañona, dominadora, sumisa, esclava y cómplice, entre otras, y deben aprender a desarrollarlas todas, recomienda Ochoa.
Por eso los niños explotan sus fantasías en su mundo imaginario, aunque cuando van creciendo se van aminorando o casi se prohiben, pero siempre hay que mantenerlas.
"Existen personas que temen fantasear, pero es más peligroso que no las tengan, porque el simple coito no tiene mayor interés si no las hay", menciona.
Pero también uno de los principales elementos para tener una intimidad verdadera, dice, es la comunicación en la pareja; recuerden que intimidad no es quitarse la ropa sino tener la confianza de platicar de todo, tanto de sueños no cumplidos, fantasías y convertirse en cómplices.
"No le haces daño a nadie con fantasear, ya que ni te embaraza, ni te contagia de nada, ni conlleva acuerdos, en cambio, lo calladito normalmente suele poner cuernos, contagiar y embarazar", comenta.
El amor no va hacer nada por ti, señala la sexóloga, el enamoramiento sí es automático y químico, pero cuando pasa a la fase del matrimonio es una actividad de plena voluntad, es hacer tu plan de vida.
Sólo recuerda que si tu vida es aburrida, tu cama lo será, agrega; si todos los martes comes chilaquiles o todos los días duermes en un lugar fijo tu sexo también puede ser cada vez más monótono y menos creativo.
"Tienes que estar alerta con tu imaginación, no ser tan clavada en los rituales, puedes cambiar los lugares, comienza cambiando de posición los muebles de tu recámara o hacer las cosas al revés y esto tal vez te permita desarrollar todas las personalidades que hay dentro de ti, y podrá mantener permanentemente seducido a tu pareja.
"Sorprendélo con algo, ya que si eres predecible sabrá entonces lo que vas a decir y hacer, porque estás con lo mismo, además, no debes dejarle todo al hombre en la cama, pues ellos son muy poco creativos", expresa.
Recuerda que en la fantasía no hay censuras, asegura, en la realidad sí tienes que poner un alto porque puedes lastimar a alguien, señala.
"Puedes estar haciendo las voces de tres mujeres distintas en la cama y él haciendo otras tantas y no lastimas, al contario, surge una complicidad en la pareja en que se miran, sonríen y sólo ellos saben lo que pasa.
"Un matrimonio, aunque lleve muchos años de casados, con tan sólo cerrar la puerta de la recámara se convierte en un paraíso y esto se refleja hasta en las relaciones familiares y en todo", indica la sexóloga.
La pareja que comparte las fantasías es una pareja de amigos, de cómplices y los hijos están más contentos, porque evidentemente los padres se ven de buen humor.
"Nunca dejen de ser niños en este sentido de permitirse fantasear; no tengan miedo porque el sexo es un antiestresante, antioxidante para el cutis y antiarrugas; gastan más en los gimnasios y cremas que en la buena vida erótica con su pareja.
"El amor no es el que los abandona sino nosotros mismos abandonamos al amor, así que juega con tu pareja y sal de la rutina", comenta Ochoa.
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