México siempre fiel FRANCISCO JAVIER MARTINEZ Desde que inició su pontificado, y que en su primer viaje tocó tierras mexicanas, Juan Pablo II, el Papa peregrino, nunca más se olvidaría de la gente de nuestro país, de los millones de católicos de este pueblo que con su cariño le ha ratificado una y otra vez el amor de un “México siempre fiel” que mantiene la esperanza y el compromiso para con él, con la Iglesia, con la Virgen de Guadalupe y sobre todo con Dios hecho hombre. Juan Pablo II sabía que no todos los católicos tienen las posibilidades de viajar a Roma, y también intuía la necesidad de sacar la Iglesia a la calle para poder cumplir con el mandato de Jesús de predicar por todo el mundo. No obstante, fue en México en donde confirmó la urgente necesidad de llevar el evangelio a todos los rincones del orbe. El tradicional mensaje Urbi et Orbi ya no bastaba para atender las necesidades espirituales de los cristianos. Con base en estas observaciones Juan Pablo II decidió convertirse en el Papa viajero por decisión propia, y así ha recorrido más de tres veces la distancia existente entre la Tierra y la Luna. PRIMERA VISITA Durante su primer viaje a México, Juan Pablo II pronunció una frase que con los años se convirtió en un compromiso mutuo; “México siempre fiel”. Estas palabras las pronunció en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el 26 de enero de 1979. “De mi patria se suele decir: Polinia Semper Fidelis. Yo quiero poder decir también: “México Semper Fidelis. Siempre Fiel”. En aquel mismo viaje Juan Pablo II por primera vez tuvo frente a sí al mundo indígena: “También vosotros, habitantes de Oaxaca, de Chiapas, de Cuilpan y los venidos de tantas otras partes, herederos de la sangre y de la cultura de vuestros nobles antepasados -sobre todo los mixtecas y los zapotecas-, fuisteis llamados ser santos, con todos aquellos que invocan el nombre de nuestro señor Jesucristo”. Del primer viaje de Juan Pablo II a México, hay un momento especial que marca toda su vida: el encuentro con la Virgen de Guadalupe. Sus primeras palabras fueron: “Salve María... cuán profundo es mi gozo, queridos hermanos en el Episcopado y amadísimos hijos, porque los primeros pasos de mi peregrinaje, como sucesos de Paulo VI y de Juan Pablo I, me traen precisamente aquí. Me traen a ti, María, en este santuario del pueblo de México y de toda América Latina, en el que desde hace tantos siglos se ha manifestado tu maternidad. Salve María”. SEGUNDA VISITA Este tuvo lugar entre el 6 y el 14 de mayo de 1990, es decir, unos ocho años después del atentado que padeció, y en el cual Juan Pablo II redobló su amor a la Virgen María. Era su viaje número 47 y fue el más largo que realizó en nuestro país, ya que estuvo en las diócesis de Nezahualcóyotl, Valle de Chalco, Aguascalientes, San Juan de Los Lagos, Durango, Chihuahua, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Zacatecas, Nuevo León, Tabasco, Veracruz y la ciudad de México. En esa ocasión el aspecto más sobresaliente fue la beatificación del indio Juan Diego, de los tres niños mártires de Tlaxcala y del Padre Yermo, en la Basílica de Guadalupe. Durante el evento dijo: “Ustedes no pueden, por lo tanto, permanecer indiferentes ante el sufrimiento de sus hermanos, ante la pobreza, la corrupción, los ultrajes a la verdad y a los derechos humanos”. TERCERA VISITA
Este viaje tuvo lugar en 1993, y era el viaje número 60 de su pontificado. Formaba parte de una gira: Jamaica, México, Denver -en Estados Unidos-, que duró del 9 al 26 de agosto. El Papa estuvo brevemente en Yucatán. El 11 y 12 de agosto.
En Izmal, volvió a dirigirse a los indígenas, aún en el contexto del V Centenario del Encuentro de dos mundos, por lo que señaló: “Lleváis en vosotros, hermanos y hermanas indígenas de América, una rica herencia de sabiduría humana, y al mismo tiempo, sois depositarios de las expectativas de vuestros pueblos de cara al futuro. La iglesia, por su parte, afirma abiertamente el derecho de todo cristiano a su propio patrimonio cultural, como algo inherente a su dignidad de hombre y de hijo de Dios. En sus genuinos valores de verdad, de bien y de belleza, ese patrimonio debe ser reconocido y respetado”.
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CUARTA VISITA
Todos somos 20 años más viejos, dijo Juan Pablo II, una nueva generación de jóvenes lo saludaba y ellos le respondieron ¡tú eres mexicano! Este era el viaje internacional número 85 de su Santidad y se efectuó del 22 al 26 de enero de 1999.
El Papa vino a México para entregar un importante documento a los obispos: Ecclesia in America en el que abordó temas como la dignidad de la mujer, la corrupción, el peso de la deuda externa de los países, el fenómeno de la globalización, los derechos humanos, el comercio y el consumo de drogas, la preocupación por la ecología, la carrera de armamentos y la cultura de la muerte.
Aquí afirmó: “Quiero dirigir mi pensamiento hacia el Tepeyac, a nuestra señora de Guadalupe, estrella de la primera y de la nueva evangelización de América... bajo su cuidado maternal pongo a los jóvenes de esta patria... confío a su amorosa protección la causa de la vida: ¡Qué ningún mexicano se atreva a vulnerar el don precioso y sagrado de la vida en el vientre materno!”.
Dos años después de ese discurso, las autoridades de México aumentaron las causales de aborto en la hoy llamada Ciudad de la Esperanza.
También Juan Pablo II declaró al 12 de diciembre como día de fiesta continental, decretando a la Virgen de Guadalupe como estrella de una nueva evangelización y patrona de América.
El 26 de agosto, Juan Pablo II se despidió: “Dios te bendiga México, por los ejemplos de humanidad y de fe de tus gentes, por los esfuerzos en defender la familia y la vida”.
QUINTA VISITA
El 21 de mayo del Jubileo del año 2000, el Papa celebró con todos los mexicanos un día dedicado a nuestra patria, fue el único país que tuvo tal distinción. En esta fecha fueron canonizados Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires, todos víctimas de la persecución religiosa, entre 1910 y 1929. También alcanzaron la gloria de los altares María de Jesús Sacramentado Venegas, la primera santa mexicana, y el padre Yermo y Parres.
A finales del 2001, después de que la Comisión para la Causa de los Santos, en Roma, aprobó el milagro que, en la persona del joven Juan José Barragán, efectuara Juan Diego, Juan Pablo II expresó su deseo de regresar a México para canonizar a Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
Juan Pablo II prácticamente comenzó su pontificado a los pies de la Virgen de Guadalupe, teniendo muy en cuenta la realidad indígena de América. Regresó a los inicios y con dos importantes ceremonias levanta el estandarte indígena para dar mayor dignidad a todas las etnias del continente.
Así del 29 de julio al 1 de agosto de 2002, tuvo lugar el viaje apostólico del Santo Padre a Guatemala y México, para canonizar y beatificar a hermanos en la fe, que en dichas naciones son signo fehaciente de la respuesta del hombre al amor de Dios en lo concreto de su vida, en el marco de su historia y de su cultura.
El Santo Padre Juan Pablo II viaja a América con ocasión de la XVII Jornada Mundial de la Juventud, que se lleva a cabo en la ciudad de Toronto, Canadá. Después de permanecer ahí unos días junto a los jóvenes de todo el orbe, que tienen la misión de impulsar la nueva evangelización en este tercer milenio, viajó a Guatemala y México para mostrar el camino más apropiado para realizarla, que no es otro que el de la santidad.
En el contexto de la evangelización de las culturas en el mundo actual, es necesario contar con un eje que dé sentido y armonía a la renovada proclamación del Evangelio de Jesucristo. Se trata de anunciarlo de modo que lo conozcan todas las personas.
La experiencia de Juan Diego y de los mártires Juan Bautista y Jacinto nos ayuda a entender y aquilatar los valores de una cultura concreta en situaciones específicas en las que ellos quisieron anunciar el mensaje de salvación desde su vivencia peculiar como fieles de Cristo.
El «hecho guadalupano», como manifestación de la Virgen María en la colina del Tepeyac en los principios de la evangelización de América, es la síntesis del mundo cultural y religioso precolombino y de la herencia cristiana llegada de Europa. Para que la sociedad cultural que vivía en esas tierras fuera transformada evangélicamente; Dios hizo, de los dos pueblos, un solo pueblo.
En este sentido, la canonización de Juan Diego, representó un momento de especial alegría para el pueblo mexicano, pues al reconocer la santidad del mensajero de la Señora del Cielo, se confirma la convicción de que el mismo mensaje de salvación que le fue confiado, le permitió ser configurado con el Señor Jesús, centro de ese mismo anuncio del Evangelio.
De manera semejante, los laicos indígenas Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, de Oaxaca, son modelos de vida cristiana en su propia tierra y cultura, testigos de la fe que enseñaban a sus hermanos. Por la gracia del Espíritu Santo, fueron configurados con Cristo, como tantos testigos de la fe de todos los tiempos, y sellaron con su propia sangre, por amor de su Señor Jesucristo, el Evangelio que anunciaban.
La canonización e Juan Diego y la beatificación de los dos mártires oaxaqueños Jacinto de los Angeles y Juan Bautista cierran un círculo, cuyo inicio tuvo lugar en nuestra patria, en un México siempre fiel
El Papa Juan Pablo II cancela sexta visita a México
El Papa Juan Pablo II canceló por motivos de salud su sexta visita a México, prevista para octubre, en la que clausuraría un encuentro eucarístico internacional, dijo el embajador de México en la Santa Sede
05/jul/2004.- "El Papa canceló su viaje por motivos de salud que hacían muy complejo el hecho de que pudiera viajar a México," dijo a Reuters vía telefónica el embajador de México en el Vaticano, Javier Moctezuma Barragán
El Pontífice, de 84 años de edad, visitó a México por última vez en julio del 2002 para canonizar al primer santo católico indígena, Juan Diego, y beatificar a otros dos indígenas, en un país donde los indígenas viven en condiciones de pobreza y marginación.
El Papa, que sufre la enfermedad de Parkinson y una artritis severa, ha clausurado tradicionalmente el Encuentro Eucarístico Internacional, que se realizará durante la primera quincena de octubre en la occidental ciudad mexicana de Guadalajara.
No estuvieron disponibles autoridades de la Iglesia Católica mexicana para comentar al respecto.
Barragán dijo que la cancelación del viaje del Papa a México, el segundo país con mayor número de católicos en el mundo, le fue notificada el viernes.
La agencia mexicana oficial de noticias, Notimex, dijo en un reporte el sábado fechado en Ciudad del Vaticano, que el Pontífice nombró al cardenal Josef Tomko como el delegado de la Santa Sede en el Encuentro Eucarístico Internacional.
"El Santo Padre se hará presente (en el congreso) a través de un enlace televisivo (desde el Vaticano) que le permitirá seguir la celebración final del solemne Congreso Eucarístico," dijo Notimex citando un comunicado de la Santa Sede.
Juan Pablo II, el tercer Papa más longevo de la historia, visitó México por primera vez en 1979 en lo que fue también su primer viaje como Papa.
1920 - 2005
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