Mañana, desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., varios miembros de esta organización exhibirán en la plaza pública de Cabo Rojo sus diversas piezas de arte, al tiempo que un grupo de artesanos tendrá la oportunidad de promover desde sus quioscos los productos y dulces típicos del país.

Raymond Soto López, líder de la Asociación de Coleccionistas del Oeste, contó que actualmente la organización cuenta con 65 miembros, como Noel Rosado, de artículos de las antiguas haciendas de la Isla; William Cintrón, de candados y llaves; Evelyn Montalvo, de sellos y documentos conmemorativos; y Nereyda Seda, de enseres y mobiliarios de diferentes épocas.

Soto López añadió que volverán a la plaza el próximo 14 de mayo, el 16 de julio, el 24 de septiembre y el 1 de octubre.

Para más información, puede llamar al (787) 458-2291.

En la Universidad Interamericana en San Germán, donde estudiaba, exhibieron una colección de los vales que expedían los hacendados de café para que sus jornaleros los canjearan por productos de las tiendas de raya de la misma hacienda.

Ese día Rosado supo que “cada cosa que se colecciona es un pedacito de historia”.

Era el año de 1968. Había empezado a coleccionar cuando cursaba el segundo grado de escuela elemental. Comenzó con las tarjetas de “toleteros”, muy de moda en ese año 1954.

Estas eran tarjetas con fotos y datos de peloteros de Grandes Ligas, no muy diferentes a las actuales, excepto por tu tamaño, que era de pulgada y media por dos pulgadas y media.

Todavía conserva una de esas primeras piezas de colección. La del pelotero Bob Trice. Con el tiempo añadió las tarjetas de los astros boricuas Víctor Pellot Power, Rubén “El Divino Loco” Gómez y Luis Rodríguez Olmo.

En la escuela superior también comenzó a coleccionar sellos postales, que conseguía con amistades o que le compraba su mamá en sus visitas a Ponce. Rosado vivía en Adjuntas.

Otra fecha importante en la vida de este hombre es el 1989. Para entonces era maestro de español, la profesión que estudió en la universidad, y vivía en Villalba. Una década antes había empezado su colección de botellas de cristal, que hoy sobrepasa las 750 piezas e incluye botellas de finales del siglo XIX con canicas en el cuello para evitar la salida abrupta de la soda.

Su colección abarcaba numerosos temas, pues guardaba todo lo que le llegara a sus manos y consideraba de valor. “Era lo que los americanos llaman un coleccionista escolar, un aficionado”, recordó.

En esos años había participado en exhibiciones en San Juan de las asociaciones Filatélica y Numismática, pero él sentía que hacía falta una actividad en la región sur que sirviera a todos los coleccionistas, sin importar áreas de interés o especialidad.

Así nació la primera Feria Nacional de Toleteros y Juntacosas, la cual -subraya- no hubiese podido mantener a lo largo de estos años sin la colaboración de su esposa y sus tres hijos, a quienes ha contagiado su pasión por coleccionar y exhibir.

En diciembre se celebrará la edición número 16 de esta Feria. Antes, el domingo primero de mayo, tendrá una feria en el Club Outboard de Arecibo. Ayer Rosado abrió las puertas de su casa para que otros coleccionistas apreciaran su amplia y diversa colección, a la cual añadió hace una década monedas y billetes de distintos países y épocas.

Parte de su colección está a la venta. Él espera que el dinero ayude a la organización de la Feria de diciembre.