Ninguna de las titularidades de los caminos que el público podría utilizar para llegar al fortín San Jerónimo del Boquerón, cerrado por su avanzado estado de deterioro, contiene una servidumbre que garantice el acceso libre del público.
La antigua batería de artillería, que por años había servido como un centro de actividades para el Caribe Hilton, es considerada por el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos para obras de restauración.
Pero sus accesos, construidos por un contratista que desarrolla un lujoso complejo residencial y comercial en terrenos aledaños, han sido puestos en entredicho ya que se desconoce si son lo suficientemente anchos para permitir la entrada de la maquinaria pesada que se requiere en los trabajos.
Ayer, en una vista de la Comisión senatorial de Asuntos Federales, Industriales y Económicos, el gerente general del hotel Caribe Hilton, José Campo, y el socio gestor de San Gerónimo Caribe Project (SGCP) confirmaron, en ponencias separadas, que no se le había provisto una servidumbre de acceso al pueblo puertorriqueño en las titularidades de propiedad aunque subrayaron que siempre han estado en la disposición de facilitarla. Aseguraron, además, que el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) no ha realizado las gestiones finales para dejar la servidumbre consignada en las titularidades.
Cabe destacar que el hotel Caribe Hilton restringe el acceso al balneario enmarcado por sus instalaciones y que ubica adyacente a la playa del Escambrón.
Aun así, Campo indicó que el acceso al fortín no se ha restringido, como pudo comprobar PRIMERA HORA durante la tarde de ayer.
“Cualquier persona puede pasar hasta su entrada. No se le puede impedir el pasado”, sostuvo.
A través de un sospechoso acuerdo que llegó a ser avalado por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, un oficial de la Marina que comandaba la estación de radio de la capital, Virgil Baker, recibió un contrato de arrendamiento de 999 años del fortín y 12 acres donde eventualmente se construyó el Caribe Hilton. Sobre la antigua estructura el oficial construyó su casa y en 1947 vendió los solares a la Administración de Fomento por $400,000. Se negó a entrar en un acuerdo para la batería militar, aunque ésta finalmente fue traspasada al ICP a principios del 2000 luego de décadas de uso por parte del hotel como un centro para realizar actividades. Al día de hoy, el hotel presenta al fortín en sus folletos publicitarios como uno de sus principales atractivos.
En otra polémica decisión, avalada por una opinión del Departamento de Justicia, el Gobierno de Puerto Rico le vendió a Hilton International el hotel, así como los accesos provistos al fortín, por $80 millones, cantidad considerada como irrisoria por algunos funcionarios gubernamentales.
Posteriormente, en julio de 2000, SGCP le compró al Hilton las parcelas donde se desarrolla el proyecto privado Paseo Caribe. El multimillonario proyecto se desarrolla en 6.51 cuerdas y comprende una mezcla de unidades tipo condo-hotel, establecimientos, así como apartamentos residenciales. En esta transacción, la constructora compró la servidumbre de paso a la fortificación.
A finales de enero, representantes de varias agencias sostuvieron una reunión para facilitar la servidumbre al público, pero ninguno de los funcionarios ha acordado finalizar el acuerdo con la empresa constructora ni con el Hilton.
“El Gobierno no puede seguir arrastrando los pies. Es irresponsable permitir que la estructura se siga deteriorando y que no se obtenga la servidumbre”, dijo el presidente de la comisión senatorial, Orlando Parga.
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