TOCOPILLA, Chile â Un terremoto de 7.7 grados que sacudió ayer 2,000 kilómetros del territorio chileno, especialmente en el norte, dejó dos muertos, al menos 170 lesionados y miles de viviendas dañadas, según informes oficiales.
Las víctimas fatales son dos mujeres de Tocopilla, una de 88 y otra de 54 años , que en situaciones distintas fueron aplastadas por el derrumbe de murallas, informaron autoridades municipales.
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) dijo a la AP que hubo un derrumbe en una de las salidas de un túnel, entre Tocopilla e Iquique, y que 10 personas quedaron atrapadas, pero que están en buenas condiciones, y se trabaja en su rescate.
El Departamento de Sismología de la Universidad de Chile dijo que el epicentro del terremoto, registrado a las 12:40 p.m. (hora local), fue a 60 kilómetros de profundidad en Quillagua, un pequeño oasis en pleno desierto de Atacama.
Quillagua, con una población de 108 personas, está en las cercanías del puerto de Tocopilla, 1,638 kilómetros al norte de Santiago, una de las zonas que concentró la mayoría de los heridos, junto con la cercana María Elena, dijeron las autoridades de Onemi. En Tocopilla, los heridos eran atendidos en un hospital de campaña porque el edifico de material sólido resultó con daños que aun deben ser cuantificados.
En Tocopilla, 100 viviendas quedaron destruidas y otras 2,500 —el 40% del total en la ciudad— fueron dañadas, dijo el vocero presidencial Ricardo Lagos Weber. El director del hospital local, Juan Urrutia, informó que 117 personas fueron tratadas de lesiones o crisis nerviosas.
En María Elena, 1,200 casas —el 70% del total— resultaron con daños, indicó Lagos Weber. Según pobladores, en la noche del miércoles la ciudad carecía de agua, electricidad y servicio telefónico.
Lagos Weber indicó que unos 170 heridos fueron llevados a hospitales de la región afectada, y que en numerosos casos las lesiones no eran graves.
Curiosamente, en Quillagua, casi en el epicentro, los efectos del terremoto fueron menores.
"Creí que había llegado mi último día al ver el cerro remecerse bajo una nube de polvo", dijo María Inés Palete, una habitante de Quillagua que se encuentra en las faldas de la cordillera de los Andres.
En María Elena la destrucción era evidente. En el destruido restaurante Lautaro, una decena de hombres bebía cerveza a la luz de velas y linternas.
Uno de ellos, el minero Samuel Araya, dijo con resignación a The Associated Press: "Perdí todo. ?Qué más puedo hacer, sino tomarme unos tragos?".
La dueña del local, Yolanda Paz, de 79 años, dijo que "me salvé porque en ese momento salí al patio a darle comida a los pollos".
En la plaza a oscuras, vecinos comentaban la situación, indiferentes a las réplicas que sacudían una y otra vez el lugar.
En Tocopilla, la electricidad fue restablecida en la madrugada en la mayor parte de la ciudad, pero mucha gente se resistía a regresar a sus hogares dañados.
Numerosas personas dormían en sus automóviles o frente a sus casas. Las autoridades dijeron que la gente se resistía a ir a los albergues por temor a que sus viviendas fueran saqueadas.
El médico Arturo Castillo dijo a Associated Press que el hospital local fue dañado en un 80%, y el gobierno anunció el envío de un hospital de campaña de la fuerza aérea. También estaba enviando 500 viviendas portátiles de emergencia, medicamentos y alimentos.
La baja cantidad de muertos y heridos a pesar de lo fuerte del sismo se debe a que "el suelo de la región es muy bueno, muy firme, lo que evita daño mayor en las construcciones", dijo a la AP el sismólogo Sergio Barrientos.
Paul Earle, del servicio sismológico de Estados Unidos, opinó que no hay más muertos y heridos porque la densidad poblacional es baja y porque "no se produjo una ruptura en la superficie".
No se trataría del gran terremoto en el norte chileno que han pronosticado los sismólogos que opinan que en algún momento debe producirse la liberación de energía acumulada en las entrañas de la Tierra, por el roce entre las capas tectónicas.
El terremoto se sintió entre el puerto de Arica con el Perú, 2,070 kilómetros al norte de Santiago, y esta capital de seis millones de habitantes.
Las comunicaciones telefónicas con el norte son muy difíciles porque las líneas están congestionadas por exceso de demandas, según la Subsecretaria de Telecomunicaciones.
La presidenta Michelle Bachelet, que anunció que viajará mañana a la zona, envió este miércoles una comisión de cuatro ministros encabezada por el titular del Interior, Belisario Velasco.
En el desértico norte muchas viviendas son de adobe, ladrillos de paja y tierra.
"La cantidad de gente que está abandonando los sectores es mucha", agregó Mollano.
Informes desde Copiapó, 800 kilómetros al norte de Santiago, los pacientes del hospital huyeron presa del pánico, arrastrando sus pilares con suero.
Desde el comienzo la armada descartó un tsunami porque el epicentro se registró en tierra y no en el mar.
En casi todas las ciudades del norte los escolares fueron sacados ordenadamente de sus colegios de acuerdo con un plan preestablecido para situaciones similares, porque Chile es uno de los países más sísmicos del mundo.
En casi todas las ciudades del norte hubo pánico, los pobladores abandonaron sus viviendas y muchos tropezaban al bajar corriendo los edificios altos.
En Antofagasta, el capitán de policía Javier Carmona dijo que en el puerto hubo al menos 45 heridos. Según imágenes de la televisión estatal, una cornisa del Hotel Raddisson se derrumbó y aplastó dos automóviles desocupados.
El panorama repetido en el norte eran caminos y carreteras interrumpidos por derrumbes de diversa magnitud, prolongados cortes de luz eléctrica y en algunos lugares carencia de agua.
La directora de la oficina de Emergencia, Carmen Fernández, dijo que fueron desbloqueados 16 caminos y que el servicio eléctrico fue reestablecido en casi 85% en la región.
Codelco, la mayor productora de cobre en el mundo, informó que por seguridad paralizó durante dos horas sus faenas en la planta de Codelco Norte cerca de Calama, 1,650 kilómetros al norte. No hubo lesionados ni daños en la infraestructura y la producción se normalizó por la noche.
El sismo fue sentido intensamente en poblaciones del sureste del Perú como Arequipa y Tacna, donde medios locales reportaron que decenas de personas de esas dos localidades salieron de sus casas y oficinas atemorizados por el fuerte movimiento, y permanecieron en plazas y calles por varios minutos. No se reportaron daños o heridos en Perú por el sismo.