Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema, que aun hoy lo embriaga a veces cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema, y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silencio su latido, y en plena lozanía se sintió envejecer: Quiso amar un recuerdo mas fuerte que el olvido y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro, en un fugaz anhelo de gloria y de poder: Subió la escalinata de un palacio de oro y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera, por vivir plenamente la fiebre del placer: Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera, un goce para el solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara, con tu sonrisa clara, que es un amanecer; y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara, quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adios para siempre, querida, sabiéndo que te alejas para nunca volver. Quisiera retenerte para toda la vida... Pero no puede ser! Pero no puede ser!
Jose Angel Buesa
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