Hay gente que con sólo decir una palabra enciende la ilusión y los rosales: que con sólo sonreír entre los ojos nos invita a viajar por otras zonas, nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con sólo dar la mano rompe la soledad, pone la mesa, sirve el puchero, coloca guirnaldas; que con sólo empuñar una guitarra hace una sinfonía de entre casa.
Hay gente que con sólo abrir la boca llega hasta los límites del alma, alimenta una flor, inventa sueños, hace cantar el vino en las tinajas y se queda después como si nada y uno se va de novio con la vida desterrando una muerte solitaria pues sabe que a la vuelta de la esquina hay gente que es así, tan necesaria.