El difícil arte de la Fe
Tener fe es eliminar de la vida el "¿Y si...?" Caminando con la cabeza erguida, sin volver la vista atrás ni hacia los lados; es tener la convicción de que suceda lo que suceda, el objetivo será alcanzado.
Habrá quien piense que tener fe es aventarse a un pozo oscuro, sin saber lo que le espera allá abajo; pero es exactamente lo contrario. Quien tiene fe, sí se avienta a un pozo oscuro, pero sabiendo, a través de los ojos espirituales lo que le espera y, no duda de ello; construye su arca con la seguridad de que la lluvia vendrá; abre los ojos a la promesa y cierra los oídos a los que intentan hacerlo desistir con dudas; anda sobre las aguas y siente tierra firme bajo los pies; ve salidas y continúa caminando donde otros desistieron.
Tenemos fe cuando contamos con la certeza absoluta de que no estamos solos. Sabemos que una Mano nos guía, Brazos que nos esperan y eso nos reconforta.
Perdemos bendiciones porque en medio del camino, principalmente si es largo, comenzamos a cuestionar. No es fácil para nadie mantenerse en posición de fe cuando todo parece contrario a lo que se espera.