LA ESPERANZA Y LA ESPERA
No es la esperanza, no. Sólo es la espera lo que fijo me tiene a tu querencia. tu palpable regreso a mí, evidencia una ignorada ansia pasajera.
Si mucho es esperarte, aún más fuera esperanzarte. Ciega mi impotencia, no sabe de accidentes ni de esencia. De ahí, el querer, quizás lo que no quiera.
Para esperarte tengo el sentimiento. Esperanzado, nada tengo. Un viento, acaso, que me enlaza a lo lejano.
La esperanza es un premio gratuito a la espera; un don casi infinito por un merecimiento casi humano.
Rafael Guillén
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