Este artículo va a ser totalmente práctico pues lo que pretende es que usted vea las diferencias notables que puede haber en un vaso, o taza, en la que se sirve un espresso con leche, dependiendo de si hemos añadido antes el café o la leche. Dentro de estos dos casos hay algunas variantes que también le mostraremos.
Vamos a comenzar por lo tanto con el primer ejemplo que queda reflejado en la foto inferior. Cada número se corresponde con el marcado en las fotos.
Diferentes presentaciones, con espuma de leche (1) o con leche normal (2).
1. Para conseguir esa separación en vetas entre el café y la leche lo que hemos hecho es añadir en primer lugar la leche, pero en forma de espuma.
2. En este segundo vaso hemos hecho exactamente lo mismo que en el caso 1, pero fíjese que no existe separación entre el café y la leche sino que se han mezclado. Esto ha sucedido así porque hemos empleado leche líquida, con muy poca espuma.
Pasemos ahora a la siguiente foto.
Antes la espuma de leche (3) o antes el espresso (4).
3. En este caso se ha utilizado un café de color menos oscuro que el anterior, pero se ha seguido el mismo proceso añadiendo primero la leche en forma de espuma y a continuación el café. Al utilizar una cantidad de café mayor y tener un color más suave el resultado termina siendo menos contrastado que en el caso 1.
4. En este vaso hemos invertido el proceso. Primero se ha añadido el café y al final se ha añadido la leche en forma de espuma. El resultado final es mejor que en el caso 2 pues la espuma de leche queda en la superficie rodeada por la crema del café.