A mis amigos de Internet

A veces me pregunto si haberme puesto escribir este mensaje hoy ha valido la pena.
Tal vez si. O tal vez no. ¿Quien sabe?.
Cuan diferente es esto de la amistad visto desde las distancias, después visto desde adentro del corazón.
Como en todo, hay días de sol...y días de sombra.

A veces me pregunto si haberme puesto a escribir esto hoy ha valido la pena.
Puede ser. No puede ser. ¿Quien sabe?
Como es difícil es estar amando a alguien que no te mira, más difícil es vivir con alguien que te mira pero desde lejos y tu solo puedes imaginar que lo hace, por que no la ves.
Difícil.

¿Cual es el motivo de tener amigos en la distancia? ¿Quien lo descubrió? ¿Por que yo me entregue a esta costumbre de querer, estimar, admirar a alguien que no me conoce personalmente?
Curiosa pregunta. Nadie lo sabe. Nadie sabe por que llevo algunos años frecuentando un grupo de amigos a quienes no encuentro con mi mirada.
No he descubierto en todo este tiempo porque deseo hallarlos en un mensaje; en el Chat o siento que me falta algo si no envió un mensaje a estos amigos.

Aprendí de la amistad a querer a todo el que me quería, pero a pasar mi tiempo solo con quien estuviera dispuesto a pasarlo conmigo. Eso era lo más importante para mí.
En esos momentos, se forja tu carácter: aprendes a comprender al otro.
Eso no es fácil.

A veces me pregunto si haberme levantado hoy ha valido la pena.
Es posible que si. Es posible que no. ¿Quien sabe?

Acepto esta metáfora.
“Igual de bonito es bailar de lejos con el corazón que bailar de cerca con el cuerpo.”
“Mientras bailes con la persona que quieres, da igual a que distancia.”

Cuando una mariposa bate las alas en Brasil, se produce un tornado en Florida.
Es el efecto mariposa. No está mal. Yo tengo mi versión:
Cuando tu abres los ojos desde donde estés, a mi se me abre el corazón.
Es el efecto mariposa. No está mal. Es mejor que la otra.

A veces me despierto e intento saber si comunicarme con el grupo, merece la pena.
Creo que si. Esperarlos. Es lo único que merece la pena.
A veces me pregunto si haberme levantado hoy ha valido la pena.
Creo que si. ¿Tu crees que si? Digamos los dos que si.

Levantarme hoy, ha valido la pena. Chaverito