En un pueblo de una pequeña comarca gallega, un campesino llega al almacén del pueblo en un crudo día de invierno, con una tremenda helada, y un frío que te podrías reír de Siberia.
- Manolo - le dice al dueño - Quiero que me vendas una de esas bolsas de goma que se le pone agua caliente adentro para calentar la cama y tener los pies calientes.
- Coño, Ramón, que mala suerte la tuya; justamente esta mañana le vendí la última a la María, la de la casa de Cosio.
Ramón, puteando, dijo: - ¿Y qué hago yo ahora, con el frío que hace por la noche ? -
- No te preocupes hombre, yo te prestaré mi gato.
- Mi gato es gordito, te lo colocas en los pies dentro de la cama y verás que calorcito que te da toda la noche. El martes volveré a tener bolsas, así que vienes por una y me lo devuelves.
Ramón toma el gato y se dirige a su casa.
El día siguiente se aparece Ramón con la cara desfigurada por los rasguños, en la tienda de Don Manuel.
- Manuel, vengo a devolverte este gato de mierda y te lo puedes meter por el culo. Mira cómo me dejó el malparido.
- Pero Ramón, ¿qué pasó? si es lo más manso que hay.
- ¿Manso?... Un sorete, la madre que lo parió. El embudo en el culo se lo aguantó, pero cuando empecé a echarle el agua hirviendo se puso como loco......
¿Y LA ABUELA... ??
Luego de muchos años de vivir y crecer en la Capital, llega el joven a su casa paterna en una chacra lejana, adonde sus padres se habían mudado hacía unos años, huyendo del bullicio capitalino.
Lo recibe la mamá muy feliz con la visita y comienza a mostrarle cómo se vive en el campo:
Al preguntar el hijo por la tortuga gigante, la madre le dice que no es una tortuga, que es un horno de barro donde cocinan el pan.
De pronto, el joven se extraña de ver plumeros cruzando el patio; le explica la madre que se llaman pollos y que en la Capital lo conocen pelados y cocinados ya.
También le muestra eso, explicándole que no es un ventilador gigante, sino un molino de viento para extraer agua.
Sucesivamente va la doña explicando cada cosa que el joven desconoce.
De pronto, el hijo pregunta:
- ¿Y la abuela...? ¿Dónde está la abuela...? -.
La madre le responde:
- Está en su cuarto..., chateando... -. - ¿Cómo chateando...? - dice el muchacho - ¿¿¿Hay computadora aquíiiiiiiii. ..??? -.
EL PERRO INTELIGENTE
El ingeniero ordenó a su perro: § '¡Escalímetro, muestra tus habilidades! El perro agarró un martillo, unas tablas y se armó él solo una perrera. Todos admitieron que era increíble.
El contador dijo que su perro podía hacer algo mejor: § '¡Cash Flow, muestra tus habilidades! El perro fue a la cocina, volvió con 24 galletas y las dividió en 8 pilas de 3 galletitas cada una. Todos admitieron que era genial.
El químico dijo que su perro podía hacer algo aún mejor: '¡Óxido, muestra tus habilidades! Óxido caminó hasta la refrigeradora, tomó un litro de leche, peló un banano, usó la licuadora y se hizo un batido. Todos aceptaron que era impresionante.
El informático sabía que podía ganarles a todos: § '¡Megabyte, hazlo! Megabyte atravesó el cuarto, encendió la computadora, controló si tenía virus, mejoró el sistema operativo, mandó un e-mail e instaló un juego excelente. Todos sabían que esto era muy difícil de superar.
Miraron de reojo al político y le dijeron: § Y su perro, ¿qué puede hacer...?
El político llamó a su perro y dijo: § '¡Diputado, muestra tus habilidades! Diputado se paró de un salto, se comió las galletas, se tomó el batido, borró todos los archivos de la computadora, armó pelea con los otros cuatro perros, se robó la perrera con un título de propiedad falso y alegó inmunidad parlamentaria.....¡ ¡¡¡Insuperable!!!
MANOLO Y LA TIENDA DE DEPORTES
Llega Manolo corriendo a la tienda de deportes: desnudo, pero calzado con zapatillas.
Ante la sorpresa de los clientes y vendedores, el encargado le pregunta: -"¿Qué necesita, señor?"-.
-"Quiero una camiseta como la de Beckham, con el número 23, como para mí"-, responde Manolo. El encargado toma una camiseta de la talla de Manolo y la extiende en el mostrador.
-"Pues, ¿cuánto vale, hombre?"-, pregunta Manolo. -"Son 60 euros"-, responde el dependiente. -"¡La llevo!... Aquí tiene sus 30 euros"- dice Manolo, entusiasmado.
-"Mi amigo..."-, aclara el dependiente -"...me ha oído mal, le dije 60 euros"-. -"Lo he oído perfectamente; aquí tiene sus 30 euros y déme la camiseta"-, insiste Manolo. -"¡Joder!..."-, exclama el dependiente -"...si le digo 60, es porque vale 60 y no 30..."
-.
Manolo, ya enojado, responde: -"Entonces, ¿por qué tenéis ese cartel en la vidriera?" -. -"¿A cuál de ellos se refiere?"-, pregunta el dependiente. -"A aquél que dice: "EN PELOTAS Y ZAPATILLAS, 50% DE DESCUENTO"-.
- ¡Nóooooo, m'hijo...! ¡¡¡ESTÁ CAGANDO EN LA CHATA ..... !!! -.
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