Guerreros de la Luz
Los guerreros de la luz mantienen el brillo en sus ojos.
Los guerreros de la luz se reconocen por la mirada. Están en el mundo, forman parte de la vida de otras personas y comienzan su jornada sin alforja y sin sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan acertadamente.
Sufren por cosas inútiles, tienen actitudes mezquinas, a veces se juzgan incapaces de crecer. Frecuentemente se consideran indignos de cualquier bendición o milagro.
No siempre están seguros de lo que están haciendo aquí. Muchas veces pasan noches en vela, creyendo que sus vidas no tienen sentido.
Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón, y con seguridad la encontrarán.
Dice el maestro al guerrero, cuando lo ve deprimido:
Tú no eres el que aparentas en los momentos de tristeza. Eres mucho más que eso.
Mientras que muchos partieron (por razones que nunca llegaremos a comprender), tú continúas aquí.
¿Por qué Dios se llevó a personas tan increíbles y te dejó a ti?
En este momento, millones de personas ya desistieron. No se quejan, no lloran, ya no hacen nada; se limitan a dejar pasar el tiempo, porque perdieron su capacidad de reacción.
Tú, en cambio, estás triste. Esto prueba que tu alma continúa viva.