Cuando mis pensamientos van hacia ti, se perfuma;
tu mirar tan dulce, que se torna profundo.
Bajo tus pies desnudos aun hay blancos de espuma,
y en tus labios compendias la alegría del mundo.
El amor pasajero tiene el encanto breve,
y ofrece un igual término para el gozo y la pena.
Hace una hora que un nombre grabé sobre la nieve;
hace un minuto dije mi amor sobre la arena.
Las hojas amarillas caen en la alameda,
en donde vagan tantas parejas amorosas.
Y en la copa de otoño un vago vino queda
en que han de despojarse, primavera, tus rosas.
Rubén Darío