Un viejo sabio caminaba por un campo de nieve cuando vio a una mujer llorando. -¿Por qué lloras? – preguntó él. - Porque me acuerdo del pasado, de mi juventud, de la belleza que veía en el espejo, de los hombres que amé. Dios fue cruel conmigo porque me dio memoria. El sabía que yo recordaría la primavera de mi vida, y que lloraría. El sabio contempló el campo de nieve, con la mirada fija en un punto. - ¿Qué estás mirando? – Preguntó. - Un campo de rosas – dijo el sabio – Dios fue generoso conmigo porque me dio memoria. El sabía, que en el invierno, yo siempre podría recordar la primavera y sonreír. (Paulo Coelho)
|