DULZURA
Madrecita mía, madrecita tierna, déjame decirte dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo que juntaste en ramo; deja revolverlo sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja y yo a ser rocío: y en tus brazos locos tenme suspendido.
Madrecita mía, todito mi mundo, déjame decirte los cariños sumos.
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