Arriba.
Muchas mañanas, al sonar el despertador siento, como tú que no lo voy a
lograr.
Que aunque mi mente alerta dé la órden, mi alma y mi cuerpo ya no querrán
seguir… ¡Estoy tan cansada!
¡Sería más fácil decir no!… Quedarme en la cama un rato más, escaparme a
través de los sueños y dejar que alguien más decidiera la vida por mí. …
Hay tantas mujeres que sencillamente esperan que las cosas sucedan o que ni
se enteran de que suceden… que ¿por qué insistir yo en pertenecer al grupo
de los que hacen que el mundo gire?
Pero afortunadamente, cuando empiezo a flaquear, como seguramente te pasa a
tí, surge desde muy dentro de mí, como un trueno, el grito de mi alma que
dice:
¡Arriba! Hay que seguir, no hemos llegado hasta aquí para claudicar. Allá
afuera hay todavía muchas montañas que escalar, un mundo maravilloso
esperando que tú lo descubras.
Y así como tú, emprendo de nuevo, con renovado entusiasmo, la increíble
aventura de vivir…
Autor desconocido por mí.