on tiempos en que todo el mundo habla de consecuencia. Nos
esforzamos por ser coherentes con nosotros mismos y con el resto y
muchas veces no nos damos cuenta de que precisamente, en ese esfuerzo
por demostrar consecuencia, nos estamos alejando de ella.
La
consecuencia no requiere de esfuerzo porque te permite fluir desde tus
pensamientos y sentimientos y en concordancia con ellos actuar… Nunca te
engañarás en el actuar si estás fluyendo directamente desde el corazón…
Para
muchos la consecuencia no es más que una estrategia para conservar una
imagen que generalmente es inventada… Y muchos van por la vida así:
Mostrando una consecuencia que no es tal, solo por mantener una
apariencia.
Ahora mi pregunta es ¿Consecuencia con qué? Porque si
soy congruente con lo que pienso y siento deberé actualizar cada tanto
mi consecuencia porque sería ridículo que fuera consecuente con lo que
pensaba hace 20 años, así como con lo que sentía y como actuaba.
Tal
vez por eso es que se hace cada vez más difícil el tema de la
consecuencia porque somos seres dinámicos, vivimos un desarrollo
constante y a medida que avanzamos por la vida podemos modificar
nuestros ideales, sentimientos, pensamiento, y es por esto que cuando
vivimos “para afuera”, en el mundo de las apariencias, podemos quedar
atrapados en la consecuencia.
La única manera de estar libres de
esta trampa es hacer conciencia de que la única consecuencia es conmigo
mism@ y esa consecuencia te lleva a ser consecuente con los demás… La
consecuencia contigo mismo, con tu sentir, con tu pensar y con tu actuar
es aquella que viene desde lo profundo de tu alma… Si hace 20 años
juraste que serías hippie toda la vida y ahora ese ideal no te mueve ni
un pelo, pues atrévete a cambiar… ¿Qué los demás se reirán y te lo
sacarán en cara? Qué importa? Lo importante es ser consecuente con ese
eterno fluir que produce el crecimiento interior…
La consecuencia
vista por ojos mundanos solo produce estancamiento y lleva a la muerte.
Mueres cada vez que no eres sincero contigo y con la vida. Tampoco hay
que convertirse en una veleta que va y viene y que cada día tiene una
opinión distinta pero si es bueno meditar acerca de lo que pensamos o
sentimos respecto a una idea o un sentimiento…
Aquel
que se atreve a los cambios es más consecuente que cualquiera porque
está siendo honesto consigo mismo y con los demás… Pero si por demostrar
consecuencia sigues atad@ a ideas, estructuras, situaciones y
relaciones que ya murieron estás siendo muy falso contigo y también con
los demás porque vives y muestras una mentira…
Recuerda siempre que la consecuencia va en estrecha relación con el sentir, pensar, decir y actuar y no solo con el decir…
Somos
como un río que fluye constantemente y nuestras aguas nunca se
mantienen en quietud y así vamos avanzando y creciendo y nuestro paisaje
se va transformando cada día, vamos incorporando cosas nuevas y dejando
otras atrás… No somos los mismos de ayer ni tampoco los de mañana…
Quedarme atrapado en lo que fui ayer si que sería una inconsecuencia… y
pretender que mañana seamos el que hoy otra inconsecuencia…
Vive! Que no hay mayor consecuencia que vivir...
Autor Desconocido.