Fruta Fresca
Lectura: Salmo 92 [los justos] aun en la vejez furctificarán... —Salmo 92:14
Me encantan las fotos antiguas que suelen impirmirse en la página de obituarios de nuestro periódico local. Un joven sonriente con uniforme militar y palabras tales como: 92 años, peleó p;or su país en la Segunda Guerra Mundial. O la joven con ojos brillantes: 89 jóvenes años, creció en una granja de Kansas durante la Depresión. El mensaje encubierto es: "¿Saben? No siempre fui viejo".
Muy a menudo, los que han tenido una vida larga se sienten al margen cuando llegan a sus últimos años. Sin embargo, el Salmo 92 nos recuerda que, independientemente de cuántos años tengamos, podemos vivir una vida renovada y fructífera. Los hombres y las mujeres que han sido "plantados" en el rico suelo de la viña de Dios siempre "fructificarán" y "estarán vigorosos y verdes (v.14). Jesús prometió: "...el que permanece en mí, y yo en él" seguirá dando "mucho fruto" (Juan 15.5).
Sí, los músculos y las articulaciones pueden doler, y la vida volverve un poco más lenta, pero, interiormente, podemos renovarnos "de día en día" (2 Co. 4:16).
Hace poco vi a una mujer de hermoso cabello blanco con una camiseta que decía: "No tengo 80, sino 18 con 62 años de experiencia". No importa cuán viejos seamos; de todos modos, podemos ser jóvenes de corazón... y con el beneficio de haber vivido una vida buena, llena de conocimiento y de sabiduría.
Cindy Hess Kasper
Amado Padre celestial, te rogamos que nos permitas llegar vigorosos y que nuestros ojos nunca se oscurezcan hasta nuestros últimos días, como lo hiciste con Moises. Haznos como cedros de Líbanos plantados en Tu huerto, que nuestra fe nunca desfallezca y que de continuo halla una alabanza en nuestra boca para Ti, El tiempo que Tu nos permitas vivir que seamos personas gratas, amorosas, generosas, dadivosas, llenos de misericordia, que en todo tiempo hagas descender sobre nosotros tu manto de alegría y tu óleo de gozo, que no seamos viejos amargados, ni quejosos, ni quisquillosos. Pon tu sonrisa en nuestra boca y que las personas anhelen rodearnos porque sienten que transmitimos gozo, paz y amor. Te lo rogamos en el nombre de Cristo Jesús, que podamos dejar un buen legado a nuestros hijos y nietos. en el poderoso nombre de Jesucristo de Nazareth te lo rogamos. Amén y amén
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