Innumerables personas llevan puesta una cruz, porque es un símbolo del cristianismo. Pero pocas entienden plenamente la profanidad del amor que ella representa.
La crucifixión es probablemente el método de ejecución más doloroso que registra la historia. Comenzaba cuando el reo era azotado por el pecho y la espalda por dos soldados. Usaban un látigo de tres cuerdas, cada una de las cuales tenía un trozo de hueso incrustado que desgarraba la carne en forma de cintas. No es de extrañarse que Jesús cayerá y no pudiera llevar su cruz después de ese procedimiento.
Después, los soldados martillaban largos clavos cuadrados en las manos o en las muñecas, cuya forma aumentaba el ya insoportable dolor. Otro clavo era introducido en la madera a través de los tobillos. al levantar la cruz, los verdugos la dejaban caer en un agujero en la tierra, y este "halón" desgarraba más la carne. Para respirar, el condenado tenía que enderezarse sobre sus sangrantes tobillos.
Jesús era Dios, pero también plenamente humano. Por eso, experimentó la agonía física que cualquier humano sentiría con ese método tan brutal. Además de eso, sintió la angustia emocional y espiritual por el rechazo de su nación y la negación de sus discípulos. Y lo peor de todo, cuando tomó sobre sí mismo nuestro pecado, su Padre celestial lo desamparó (Mt 27.46; 2 Co 5:21). Pero Jesús no se vio como una víctima; Él había decidido ofrecer su sangre en beneficio nuestro, lo cual consideró un gozo (He 12.2).
No existe un amor más grande.
Saque tiempo para pensar en todo lo que Jesús sufrió en la cruz por usted. Y al comenzar a captar lo atroz que fue su sacrificio, déle gracias por su amor sin límites
Dr. Charles F. Stanley
"Gozo es amor exaltado; paz es amor en reposo; paciencia es amor que soporta; gentileza es amor en sociedad; bondad es amor en acción; fe es amor en el campo de batalla; mansedumbre es amor en la escuela; y dominio propio es amor en formación."
D. L. Mooly
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