Lectura: 1 Juan 4:7-11 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. —1 Corintios 13.13
Hace algún tiempo, intercambié correspondencia por email con un amigo que estaba ya acercándose a los 30 años de edad y no tenía ninguna relación amorosa en serio a la vista. Es un hmbre talentoso, divertido, apuesto, y es un cristiano comprometido. Pero hasta ahora, todo en su horizonte romántico ha resulado ser un espejismo.
Algunos meses atrás, él había estado entusiasmado con una joven con quien estaba comunicándose por correspondencia. Dos semanas antes de conocderse en persona por primera vez, un conductor ebrio la mató. Mi amigo viajo para conocer a la familia de ella, experimentar su dolor, y lidiar con su propio sentido de pérdida.
Hoy, muchas personas sentirán la ausencia del amor tan profundamente como otras celebrarán su presencia. En un mundo donde el amor significa tanto, ¿existe alguna palabra del Señor para todos, ya sea con un ser amado o no?
1 Juan 4 no se centra en ser amados por otra persona, sino en el amor de Dios por nosotros y en nuestro amor unos por otros (vv7-11). Según 1 Corintios 13:7, este amor "todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" ¿Cómo es esto posible? porque el amor de Dios " ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo" (Romanos 5.5). Mucho tiempo después que hayas olvidado las tarjetas y las flores, ¡hay amor del corazón de Dios al nuestro!
David C. McCasland
1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor
Cuanto más entendamos el amor de Dios por nosotros tanto más amor les mostraremos a los demas
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