Quien tiene una sana autoestima se acepta a sí mismo y vive en armonía con su cuerpo, la apariencia física es, queramos o no, un componente importante de la valoración que uno hace de sí.
La noción del ideal resulta fundamental para elaborarla y mantenerla: cuanto más me acerco a ese modelo, más me valoro. El modelo que mide hoy el reconocimiento social lo valorado por los demás asocia seducción, fama y dinero con cuerpos de top models. ¿Cuál es el resultado? muchas personas evitan el conflicto entre "lo que soy" y "lo que hay que ser" tratando a su cuerpo como un objeto e inhibiendo sus propios deseos y sentimientos. Ese enfrentamiento se dirige hacia el interior: nos empeñamos en cambiar en nuestro cuerpo lo que desearíamos cambiar en nuestro interior y en nuestro entorno.
De ahí derivan trastornos tan frecuentes como la bulimia, la anorexia, el insomnio, la ansiedad o la depresión que cada vez son más frecuentes también entre los hombres, ellos también están cada vez más sometidos a la tiranía de la imagen de moda.