Esa molesta sensación de insatisfacción
ISAíAS 55.1, 2
¿Alguna vez fue usted a su cocina tratando de encontrar algo que satisficiera su vaga sensación
de vacío o descontento? No estaba buscando algo específico, pero sabía que quería satisfacer un
anhelo. Lo que eligió probablemente no surtió efecto, porque el vacío no estaba
en su estómago sino en su alma.
Ya sea que se trate de comida, profesión, posesiones o relaciones, nuestra alma está tratando
siempre de encontrar satisfacción. Pero nada en este mundo, llenará ese vacío. Puesto que
fuimos creados para relacionarnos con Dios, el Señor puso en lo profundo de nosotros un anhelo
por él. Aunque no la reconozcamos como tal, todos conocemos la sensación de insatisfacción
que a veces penetra nuestras almas. Siempre que tratamos de encontrar satisfacción con
sustitutos mundanos, lo que viene después es la frustración y el desencanto.
Hay dos menús posibles de los que podemos elegir para llenar nuestras almas vacías. El menú de
Satanás es amplio y lleno de cosas tentadoras que parecen prometer placer y satisfacción. Entre
éstas pueden estar las relaciones interpersonales, la notoriedad, la aceptación, las riquezas o el
reconocimiento. A diferencia, el menú de Dios es muy pequeño. De hecho, sólo tiene un "plato":
Jesús. él es el único que puede llenar el vacío.
¿Tras qué cosas anda usted en la vida? ¿Ha encontrado la satisfacción que busca, o hay siempre
una vaga sensación de descontento en su alma? Si le da a Jesús un lugar más grande en su vida,
y pasa tiempo relajado y concentrado en él, el Señor le satisfará como nada más puede hacerlo.
Charles F. Stanley