¿Te has preguntado alguna vez, cuanta magia hay en un rostro que nos mira?,
uno, diez o cien. No importa cuantos.
Esos rostros, lo mismo que el mío y el tuyo, nos muestran la vida.
Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,
Se esconden viejas luchas. Recuerdos. Amores no correspondidos. Vida.
Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,
Hubo, hay o habrá: niñez, adolescencia, madurez.
Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,
Hay vida, y sobre todo en mayor o menor medida hay amor.
Cada uno de esos rostros, ha amado o ha sido amado.
Por alguna causa o razón algunos de ellos han permanecido solitarios,
Y otros han optado por permanecer juntos, tal vez por siempre.
Tanto tú como yo hemos vivido,
Y por lo tanto tenemos destinos forjados a base de confiar.
¿En qué?, me preguntas,
tal vez en todo y en nada a la vez.
Nuestras vidas no comenzaron juntas.
Tu tienes en tu cuerpo y hasta en tu alma, las huellas de vivir.
Cicatrices de la infancia, desengaños de la adolescencia, resignación y esperanza.
Nuestras vidas no comenzaron juntas.
Yo también, por mi parte tengo cicatrices que son el fruto de mi lucha,
Nunca me gustó aceptar las reglas y eso me costó caro.
Tu y yo. Dos rostros.
Con los problemas y las dudas de la adolescencia, pero amándonos,
Viviendo cada momento intensamente, pues sabemos cuan efímera es la felicidad.
Tu y yo, dos rostros,
Tu y yo, la vida.
Autor desconocido por mí.
GRACIELA