En la pasión sacrosanta de su muerte y resurrección,
ahonda en el alma la reflexión, el arrepentimiento y la Fe,
Verde esperanza, laurel, bendecido en cada Jerusalen
que nos late bajo la piel buscando el perdón.
Ultima cena sirviendo con fiel amor,
agua bendecida en el don del pan y el vino
que comulga los domingos en la casa de Dios
Eucaristía y oración del cristiano que latimos.
Pasión que lo fragela coronando de espinas
los llanos y las esquinas del humilde corazón,
crucifixión impiadosa que el via crucis de hoy recita,
del ejemplo que nos inspira promesas y oración.
Entre la muerte y resurrección, luz encendiendo el alma,
vigilia bendiciendo el agua de los arrepentimientos,
trasluz de sentimientos y las velas en llamas,
liturgia en semana santa del padre nuestro.
Vencida la muerte su espíritu nos acogió,
muerte y resurrección que nos salva los pecados,
arrepentimientos meditados colmados del perdón,
redención a las huellas que marcan nuestros pasos.
El fondo de la Semana santa tiene el color vivo,
el honesto latido que se arrepiente y no defrauda,
el que se levanta por corregirse y renace de si mismo
rectificando arrepentido con el verde esperanza.
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