Muchas personas no creen en el azar. Viven convenciadas de que todo lo que obtienen es el resultado de sus méritos, y de sus equivocaciones aquello que pierden. Ven la vida como si fuese una línea ininterrumpida que ellas mismas van trazando...
......... Quizá tengan razón. Pero yo, ya lo he dicho, estoy convencida de que nuestra existencia depende en gran medida de la suerte. Nadie elige el lugar en el que nace, venir al mundo como Sao en una choza, entre piedras de lava y tierras muertas, o en una casa grande y confortable rodeada de flores, como yo. Ser hombre o mujer. Tener un padre sin nombre y una madre que nos abandona, o un padre que te tiraniza y una madre con la cabeza agachada. Nadie decide quedarse huérfano o padecer una enfermedad. Pasar hambre o tirar a la basura la comida que no le apetece. Ser torpe en los estudios o inteligente y despierto. Nadie sabe lo que va a ocurrirle a lo largo del día cuando se levanta por la mañana. La vida es confusa y caótica, trazos de lineas rotas, un círculo oscuro y hondo, un fulgor allá arriba, esa mancha azul en una esquina...Casualidades, tropiezos, algún pedazo de camino recto que desemboca en un precipicio, una luz deslumbrante que surge de la nada, un vacío silencioso, una cavidad acogedora. Custión de suerte.
Fragmento: "Contra el viento"
de Ángles Caso