SECTAS SUICIDAS (2)
Ayer comentábamos las características que permiten sospechar que determinada secta o grupo es potencialmente peligroso. Hoy comenzaremos comentando acerca de las sectas de este tipo que se hicieron famosas por llevar a sus miembros, literalmente, a la muerte.
Comencemos con la más infame de todas, la que se denominó Templo del Pueblo. Fue fundada en 1955 en Indianápolis, Illinois, por un predicador de formación pentecostal, llamado James Warren Jones, más conocido como Jim Jones. Pero pronto el proclamado “reverendo” Jones empezó a separarse de las doctrinas básicas de los pentecostales, y empezó a hacer una extraña fusión entre comunismo y cristianismo.
Originalmente, Jones parecía un benefactor, porque promovía programas de beneficencia a favor de los pobres y sin hogar (dentro de los cuales encontró nuevos adeptos, no solo de parte de los beneficiados, sino de personas de buenas intenciones que sentían sus ansias de ayudar a otros satisfechas con esas actividades).
Para 1963, Jones empezó a plantear la posibilidad de una comunidad agrícola autosuficiente, basada en su extraño sincretismo comunista-cristiano. Instaló varias comunidades en diversos sitios de los Estados Unidos durante las décadas de los 60 y principios de los 70. Para 1977, su feligresía sumaba unos 3000 miembros, pero frecuentes denuncias sobre castigos corporales, separación de los niños de la escuela formal y evasión de impuestos persuadió a Jones de incitar a sus seguidores de mudarse a América del Sur. El destino seleccionado fue Guyana, cerca de Kaituma, fundando una comunidad que llamó Jonestown, donde vivieron unos 900 miembros de la secta.
La sospecha de que en dicha comunidad se cometían abusos cercanos a la esclavitud en contra de sus miembros, incitó al senador estadounidense Leo Ryan a visitar el lugar para hacer una investigación oficial. De esa visita se aprovecharon 14 miembros para escapar con Ryan. Para ese entonces, las facultades mentales de Jones estaban muy deterioradas, y en su paranoia ordenó asesinar a Ryan (quien murió abaleado en el aeropuerto cercano) y a sus seguidores a beber un jugo con cianuro, mientras que él mismo se suicidó de un balazo en la frente. Esto ocurrió el 14 de noviembre de 1978