
MORIR DE RISA (2)
Continuamos hoy refiriéndonos a personajes históricos de los cuales se dice que, literalmente, murieron de risa.
El primer caso del que se habla en estos términos fue Calcante (también conocido como Calcas), célebre adivino que profetizó que la guerra de Troya duraría diez años, y quien también fue el que propuso el plan del célebre caballo de madera. Una versión de su muerte dice que murió en una competencia de hechicería en la que su vencedor fue el profeta Mopso. Otra, que es la que nos interesa, cuenta que un adivino (posiblemente el mismo Mopso) le advirtió que moriría antes de poder probar el vino de las siguientes las vendimias (extracción del jugo de uvas para preparar el vino), pero al ver que llegó la fecha de la vendimia y seguía vivo, invitó al fallido profeta a que bebiera vino con él cuando saliera el primer fermento. Mopso (si es que fue él) se limitó a repetirle la profecía… y eso le provocó a Calcas tal ataque de risa, que terminó muriendo asfixiado.
Se dice que el filósofo Crisipo de Solos, uno de los fundadores de la retórica, murió por el ataque de risa que le provocó ver el errático comportamiento de su burro, al cual él mismo había embriagado dándole de beber vino en abundancia.
Al poeta renacentista italiano Pietro de Arentino se le señala como el iniciador de la tradición de colocar papeles con escritos y poemas satíricos denunciando la corrupción de las autoridades en la estatua romana conocida como Il Pasquino (de allí surgió el término “pasquín” para referirse a publicaciones irreverentes o incluso amarillistas). Y también se refiere de él que mientras su hermana le contaba un relato erótico, algo le hizo tanta gracia que entró en un ataque de risa, el cual derivó en una apoplejía que lo mató.
El poeta y escritor modernista cubano Julián del Casal asistía a una cena en casa del doctor Lucas de los Santos, en La Habana, cuando durante la sobremesa alguno de los comensales soltó un chiste que a Casal le provocó un ataque de risa mortal. Se determinó que el esfuerzo realizado por la risa histérica provocó la ruptura de un aneurisma, tras lo cual ocurrió una hemorragia craneal masiva.